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miércoles, 27 de marzo de 2024
CAFÉ LUNAR: DISTRITO QUEBRACHO, EL METEORITO OLVIDADO
lunes, 18 de marzo de 2024
OBSERVACIÓN DEL ECLIPSE PENUMBRAL DEL 25 DE MARZO
En ocasión del
próximo eclipse lunar del día 25 de marzo, desde la Sección Lunar de la Liga
Iberoamericana de Astronomía y la Sociedad Lunar Argentina invitamos
especialmente a participar del proyecto del astrónomo Giovanni Di Giovanni del
Osservatorio Astronomico Colle Leone (L’Aquila, Italia), quien estudia la
relación entre la variación de la luminosidad de la Luna en un eclipse con la
transparencia de la atmósfera terrestre, especialmente en la cercanía temporal
de erupciones volcánicas importantes. Para eso el procedimiento, sumamente
sencillo (puede o no usarse telescopio, siempre que en la imagen esté la Luna
completa), consiste en tomar imágenes de la Luna, siempre con el mismo
instrumento (diámetro y distancia focal), siempre con el mismo ISO, sin
filtros, en la siguiente secuencia: al
menos dos imágenes antes del eclipse (entre las 4.30 y las 4.50 TU), al menos 3
imágenes cerca de la fase máxima (que es a las 7.12 TU) y al menos 2 imágenes
después del eclipse (luego de las 9.32
TU). Las imágenes no deben ser procesadas.
Los horarios
indicados son en Tiempo Universal (para Argentina, por ejemplo, restar 3
horas).
Las imágenes
deben ser enviadas a sociedadlunarargentina@gmail.com y/o albertoanunziato@yahoo.com.ar
domingo, 17 de marzo de 2024
EL “MURO ENIGMÁTICO” DE TROUVELOT EN EUDOXUS
Traducción del texto aparecido en “The Lunar Observer”
de marzo 2024
Leyendo “The Moon”, de Thomas Elger, para documentarme
en la redacción del texto sobre Lacus Mortis para la sección Focus On de este
mes, me encontré con este sintagma “murs enigmatiques”: “Hace unos años, M. E.
L. Trouvelot de Meudon llamó la atención sobre una curiosa aparición que
observó en relación con ciertas grietas cerca del terminador, a saber, hilos de
luz extremadamente atenuados en sus lugares y en sus aparentes prolongaciones.
Lo observó en la llanura circular de Eudoxus, cruzando el lado sur del suelo de
pared a pared; y también en relación con la prominente hendidura que va desde
el lado norte de Burg hasta el oeste de Alexander, y en algunas otras
situaciones. A estos fenómenos los denomina “Murs enigmatiques” (página 26). Para alguien con una mente imaginativa, con un gusto por lo misterioso
y lo antiguo, este sintagma (y sobre todo el adjetivo “enigmatique”) fue
irresistible. Empecé mi búsqueda por internet y en el buscador apareció un muy
interesante texto de Nigel Longshaw (“Trouvelot’s threads: the “murs
enigmatiques” of Etienne Leopold Trouvelot”) en Journal of the British Astronomical Association,
vol.117, no.4, p.187-191 (https://adsabs.harvard.edu/full/2007JBAA..117..187L ).
Este texto trata por extenso el reporte de Trouvelot de un “fenómeno inusual que nunca había notado antes”.
Trouvelot publicó sus observaciones de Eudoxus (y otros cráteres) en la famosa
revista “L’Astronomie”, dirigida por Camile Flammarion, en el número de junio
1885, disponible en internet en https://archive.org/stream/lastronomie03flamgoog/lastronomie03flamgoog_djvu.txt . Longshaw utiliza la traducción al inglés del texto de
Trouvelot realizada por Richard Braum (y nosotros también la utilizaremos). Trouvelot
se encontraba observando la Luna con su refractor de 6.75 pulgadas el 20 de
febrero de 1877 cuando observó en el cráter Eudoxus “un hilo fino y brillante
que cruza la parte sur del cráter en línea recta, permaneciendo de ancho
uniforme a su paso de un lado al otro. En el oeste, sin embargo, no llegó hasta
el borde del cráter, que en este lugar forma una pequeña hendidura, sino que
estaba separado de él por una estrecha brecha. Hacia el este, el hilo brillante
llegaba hasta el borde del cráter. La mitad occidental de este hilo brillante
estaba bordeada por sombras a ambos lados, mientras que la parte oriental
estaba sin sombras en su lado sur”. Esta descripción complementa la discusión
de Trouvelot (así como todo lo anterior) que vemos en la IMAGEN 1. En
observación posterior, más de un año después, Trouvelot (en el mismo texto)
afirma que no ha podido distinguir la línea brillante, hasta que en su lugar
“en el fondo del cráter, se podía distinguir algo que daba la impresión de una
fractura en el lugar exacto donde había visto el hilo brillante. Este
misterioso muro nunca más ha sido visto”
La
primera explicación que se le ocurrió a Trouvelot es que “Existía una ruptura
recta y muy profunda en la pared occidental de Eudoxus y que la luz del sol al
pasar por esta abertura iluminaba el fondo del cráter, y así formaba el hilo
luminoso recto que hemos observado”. Esta explicación es plausible, y Longshaw reporta casos de observaciones
comparables de franjas luminosas originadas por brechas en las paredes de
cráteres en Torricelli (del propio Longshaw), Hesiodus (Koch), Elger
(Cichus-Weiss) y otros- Eso sí: “Debido a que la
formación de un estrecho hilo de luz depende probablemente de una
correspondiente "interrupción" estrecha en un accidente que proyecta
sombras, entonces las circunstancias de iluminación y geometría solar, lunar y
terrestre deben ser favorables. El fenómeno es más evidente cuando el “hilo”
iluminado cae sobre una superficie más lisa, como un Mare o el suelo liso de un
cráter” (Longshaw). Trouvelot descartó en el texto original la hipótesis del
rayo de sol que pasa por un brecha de la pared de Eudoxus por otros dos
motivos: “En primer lugar, si el rayo brillante observado se debía al paso de
los rayos solares a través de un espacio recto, no se vería por qué el hilo
luminoso sería más brillante que las partes de la superficie que eran contiguas
y recibían igual cantidad de luz. Además, no se puede apreciar cómo la sombra
de la vertiente occidental del cráter pudo prolongarse hasta la cima de la
vertiente opuesta, ya que en ese momento el sol ya estaba a más de 20 grados
sobre el horizonte en este lugar”. Trouvelot se inclina por pensar que se trata de una especie de muro:
“existen sobre nuestro satélite muros tan largos, tan estrechos y tan elevados
como el que se supone que existe en Eudoxus para explicar el fenómeno
observado, y se conocen muchos de estos muros que hemos dibujado y observado
muchas veces. Cosa curiosa, los muros lunares que hemos observado se
encuentran, precisamente, como el de Eudoxus, sobre la trayectoria de ciertas
fracturas” (esta traducción de Trouvelot me pertenece, así como las que siguen),
que pasa a enumerar: una que va de Bürg a Mare Serenitatis, otra en el macizo
de Aristarchus, otra al este de Rhaeticus (sería interesante ver estos ejemplos
que Trouvelot afirma que podrían ser similares al muro que habría observado en
Eudoxus).
Hay un pequeño detalle, en palabras de Trouvelot: “si
el fenómeno observado era un muro que atravesaba el cráter, cómo se explica por
qué este muro, tan fácilmente reconocible el 20 de febrero de 1877, ha pasado
desapercibido y no ha vuelto a ser observado. Estamos en presencia de un dilema
que no es fácil de resolver”. Verdaderamente este muro
es muy enigmático. Dice Longshaw: “El “hilo de luz” de Trouvelot debe haber
caído sobre las paredes escalonadas del cráter y el áspero suelo roto de
Eudoxus y, como tal, uno habría esperado que fuera “roto” por el terreno sobre
el que cayó. Por esta misma razón, el fenómeno que Trouvelot observó en Eudoxus,
y que le llevó a creer que lo que vio era un elemento iluminado parecido a una
pared, sigue siendo un misterio. Sin duda, valdría la pena intentar repetir su
observación en las condiciones adecuadas”. Y esto se realizó, como veremos. Y no es uno, sino
¡varios muros enigmáticos!
En el número de diciembre de 2022 de The Lunar
Observer (páginas 65/66, correspondientes a la sección “Lunar Geological Change
Detection Program”), aparece una observación visual nuestra de Eudoxus
analizada por Tony Cook (Coordinador de la Sección). El requerimiento venía de
la British Astronomical Association, a partir Nigel Loonshaw (autor del texto
que citamos en extenso) y consistía en “detectar
zonas brillantes y accidentes lineales dentro de la sombra de la pared este al
amanecer”. Tony examina mi reporte sobre las zonas iluminadas dentro de la
sombra en Eudoxus, comparándolo con una imagen anterior de Brandon Shaw, como
vemos en la IMAGE 2.
Más allá de la
inexactitud en el dibujo de la forma del cráter en mi dibujo, vemos que en lo
esencial las líneas brillantes (no tan brillantes como la que describe
Trouvelot) coinciden. Las dos grandes líneas en la zona norte de la sombra
proyectada por la pared este coinciden casi exactamente. La situada más al
norte en la fotografía de la derecha parece englobar la zona que en el dibujo
de la izquierda se muestra como una pequeña muesca, como si la fotografía de la
derecha mostrara una fase inmediatamente posterior de la iluminación del dibujo
de la izquierda, de manera que la zona iluminada se hubiera agrandado y fundido
con la línea más al norte. La otra línea larga, más al sur, es idéntica en
ambas imágenes, incluso se interrumpe a la misma altura. Y más hacia el sur una
pequeña muesca en el dibujo de la izquierda aparece como una muesca un poco más
grande, como una especie de rectángulo. En la imagen de la derecha de IMAGE 2
pareciera haber una línea muy poco brillante dentro de la sombra, que corriera paralela
a la pared este, pero no alcanzamos a distinguirlo con certeza como las
demás. Esto quiere decir, más allá de
muy pequeñas diferencias entre las zonas brillantes dentro de la sombra, que no
se trata de un fenómeno inusual sino que es la apariencia normal de Eudoxus en
esa fase de iluminación.
IMAGE 3 ilustra la topografía de
Eudoxus (del LROC Quickmap). No se encuentra a simple vista una correlación
obvia entre el relieve sumamente accidentado del suelo de Eudoxus con las
líneas brillantes de IMAGE 2. La solución de Elger (“Son muy comunes las
aparentes prolongaciones de hendiduras en forma de hileras de montículos o
pequeñas elevaciones”) es bastante
plausible y, entiendo, es cercano a la solución propuesta por Longshaw según
Cook.
Los “murs énigmatiques” de Etienne Trouvelot tuvieron
repercusión en la astronomía lunar como en la literatura sobre lo misterioso.
¿Y a quién no le gusta bucear en estos antiguos libros, llenos de cantos de
sirena de hechos extraños? Al final de cuentas, somos muchos los que hemos
estado en la misma situación que Edgard Alan Poe “upon a midnight dreary, while I pondered, weak and
weary, over many a quaint and curious volume of forgotten lore” (The Raven).
Quizás la referencia más famosa es Charles Fort, quien en New Lands pretende
que lo que vio Trouvelot es una especie de señal luminosa en la Luna, haciendo
trampa con la traducción del texto en francés, dice en capítulo 23: “En la
noche del 20 de febrero de 1877, el señor Trouvelot, del Observatorio de
Meudon, vio en el cráter lunar Eudoxus, que, como casi todos los demás centros
de aparente señalización, se encuentra en el cuadrante noroeste de la Luna, una
fina línea de luz (L'Astronomie, 1885-212). Era como un cable luminoso tirado a
través del cráter”. Traduce “mince filet
lumineux” (bien traducido por Longshaw como “thin bright thread”) por “luminous
cable”, introduciendo un “element tecnológico” totalmente extraño a la
observación original. ¡Cuantos supuestos misterios no son otra cosa que
manipulación del texto original que se repiten ad aeternum! También es verdad
que Trouvelot pareciera jugar con la idea cuando finaliza su artículo con las
siguientes palabras (referidas a otro muro distinto): “El largo considerable de
este muro, su regularidad perfecta y la curva atrevida que realiza alrededor
del cráter (como parece) para evitarlo, hacen de esta formación lunar un objeto
sumamente notable, que lo hacen semejante a una especie de viaducto gigantesco
del que más de un ingeniero estaría orgulloso”. La astronomía del siglo XIX
solía ser osada en sus suposiciones, lo que llevó a considerables errores como
los canales de Marte, aunque también es cierto que le debemos mucho a su
esfuerzo titánico de observación. Es un desafío interesante comprobar la causa
de estas líneas brillantes en el suelo de Eudoxus que se repiten cíclicamente,
coincidan o no con el “mur enigmatique” de Etienne Trouvelot.
miércoles, 13 de marzo de 2024
CAFÉ LUNAR: CRÁTERES DE COLAPSO Y TUBOS DE LAVA
jueves, 7 de marzo de 2024
martes, 5 de marzo de 2024
DORSA GEIKIE Y DORSA MAWSON
Traducción del texto aparecido en “The
Lunar Observer” de enero 2024
En la parte central de su borde
oriental, Mare Fecunditatis tiene dos dorsa que cerca del terminador presentan
una vista muy interesante: Dorsa Geikie y Dorsa Mawson. Ambos corren
concéntricos a la orilla de Fecunditatis, Garfinkle, en Luna Cognita, nos dice
que: “En los maría oblongos, como Fecunditatis y Oceanus Procellarum, los dorsa
tienden a correr de norte a sur por el centro de estos maría, posiblemente
siguiendo líneas de fractura. Una teoría adicional sostiene que los dorsa son
en realidad estrechos flujos de lava que emanan de las chimeneas de los
cráteres”. Para encontrar nuestra zona, hay que buscar a
Langrenus, al norte hay 3 cráteres en un racimo de cráteres: Atwood, Naonobu y
Bilharz (borde Izquierdo de IMAGE 1) y al oeste se encuentra primero Dorsa
Mawson de 180 kilómetros de longitud), luego Lindbergh (13 kilómetros de
diámetro), más hacia el oeste viene Dorsa Geikie (240 kilómetros de longitud) y
más al oeste encontramos Ibn Battuta (12 kilómetros de diámetro). De los 3
cráteres nombrados primero no vamos a ver casi nada, ya que el terminador pasa
exactamente sobre ellos, solamente vemos el brillo de la pared oeste de
Bilharz.
Comenzamos con Dorsa Mawson, al este (izquierda de IMAGE 1). Garfinkle lo describe así: “Dorsa Mawson, al sureste de los cráteres Ibn Battuta y Lindbergh en Mare Fecunditatis, es un buen ejemplo de una cresta fibrosa platicúrtica. El dorsum ancho y bajo se extiende a lo largo de unos 180 km (111,84 millas) en dirección generalmente noreste desde el arco oriental del cráter fantasma Goclenius U. El extremo norte del dorsum consta de al menos dos dorsa paralelas”. Goclenius U no aparece en IMAGE 1, no recuerdo haberlo observado, pero estaba preocupado por registrar dorsa y probablemente no fui lo suficientemente atento. Tampoco pude resover los dos segmentos paralelos del extremo norte. Tanto Goclenius U como la bifurcación en el norte pueden verse perfectamente en la IMAGE 2, que pertenece a la página 76 del Volumen 1 del “Photographic Lunar Atlas for Moon Observers” de Kwok Pau. Ya he mencionado frecuentemente en textos anteriores que esta obra, además de todas sus demás cualidades, posee la mejor colección de imágenes de dorsa que conozco. Por lo que cuando trato de interpretar las sombras y brillos que observo con mi pequeño telescopio recurro en primer lugar a la imágenes del Atlas de Kwok. Veamos entonces un poco sobre la topografía de Dorsa Mawson. La IMAGE 3 es un detalle de IMAGE 2. En IMAGE 1 la sombra del margen oriental es bastante profunda mientras que la cresta, o más bien los segmentos de la cresta, pasan por el margen occidental, en IMAGE 1 vemos tres segmentos de cresta, de norte a sur: un segmento paralelo al margen, un segundo paralelo al margen pero que parece bifurcarse hacia el centro, y un tercer segmento que corre en echelon respecto al arco. Cuando las crestas se encuentran en un patron en escalera respecto al arco son más difíciles de observar que las crestas que corren de norte a sur, por lo que es interesante haberlas observado sobre Dorsa Mawson. IMAGE 3 es una ampliación de IMAGE 2, en la que marcamos los tres segmentos que coinciden con las zonas brillantes marcadas en IMAGE 1. IMAGE 3 nos presenta un fascinante panorama de la compleja topografía de Dorsa Mawson, con numerosas crestas secundarias en el margen este, opuesto al margen por el que corren las crestas principales. Sabrán perdonar la incorrecta ubicación del cráter Lindbergh en la IMAGE 1, si ven la IMAGE 2, se encuentra más al norte de lo que lo dibujé.
Al momento de registrar la observación hubo algunos
detalles “no-dorsa” que llamaron mi atención. En la zona entre ambos dorsa, al
norte de Lindbergh, se veía muy nítidamente una mancha oscura con forma de
crater, con la tonalidad de sombra que suele indicar una depresión. Por su
ubicación en IMAGE 1, podría ser la zona marcada con el número 1 en IMAGE 6.
¿Un cráter enterrado? En los días que siguen trataré de profundizar. Un poco
más al norte había una zona brillante que proyectaba sombra, con la típica
forma de relieve que sobresale de la lava. Por su ubicación podría ser la que
marcamos con el número 3, aunque no parece que dicha elevación pudiera brillar
tanto. Lo mismo podríamos decir del punto brillante entre Lindbergh y Dorsa
Mawson en IMAGE 1, que podría coincidir con el no muy destacado punto 1 en
IMAGE 6. IMAGE 7, al igual que IMAGE 6, es una ampliación de IMAGE 2. En ella
vemos otro detalle intrigante de IMAGE 1: una zona con forma circular con la
tonalidad de sombra propia de depresiones en el terreno y con forma de otro
crater enterrado, se encuentra al suroeste de Bilharz y su sombra se funde con la que proyecta el dorsa vecino. Lo que
podría ser el borde noreste de dicho possible crater brillaba de manera similar
a como se veía la franja de la pared oeste de Bilharz. En el interior se veía
una serie de puntos brillantes, con diferencias de brillo, algunos con sombra, como si fueran montículos
(más brillantes que domos) que delimitaran el borde de este supuesto crater. En
IMAGE 7 marcamos los detalles de esta zona: la flecha 1 marca la pared
occidental de Bilharz, que marca la frontera del terminador en IMAGE 1, la
flecha 2 la zona brillante que podría ser pared noreste del supuesto cráter
enterrado, y los círculos marcan zonas altas que podrían coincidir con las
marcadas en la IMAGE 1 (en la que aparecen 5, mientras que en IMAGE 7 vemos 4).
En IMAGE 7 la zona más brillante (a la izquieda, arriba) coincide claramente
con la zona más brillante observada en IMAGE 1.
Sin dudas una zona fascinante, que desmiente el
carácter de anodino y aburrido que suele adjudicársele a Mare Fecunditatis.
IMAGE 1:
Name and location of
observer: Alberto Anunziato (Paraná, Argentina).
Name of feature:
DORSA GEIKIE AND DORSA MAWSON
Date and time (UT) of
observation: 2023-12-30 05.10 to 05.45
Size and type of
telescope used:
Magnification: 196X
IMAGES 2 TO 7: KWOK PAU
viernes, 1 de marzo de 2024
FESTEJAMOS LOS 5 AÑOS DE LA SOCIEDAD LUNAR ARGENTINA
Hoy hace 5 años… sucedía esto:
El día 1º de marzo de 2019, en la ciudad
de Paraná, Provincia de Entre Ríos, quedó inaugurada la Sociedad Lunar
Argentina, una nueva asociación astronómica especializada en los estudios
lunares. Los objetivos de la Sociedad Lunar Argentina (SLA) pueden resumirse en
la promoción y la difusión de la observación y la exploración lunar. Tendrá su
sede en las ciudades hermanas y vecinas de Santa Fe y Paraná. Esta iniciativa
no hubiera sido posible sin el apoyo institucional de la Liga Iberoamericana de
Astronomía (LIADA) y del Centro de Observadores del Espacio (CODE) de Santa Fe
y el patrocinio del Observatorio Nova Persei II de la ciudad de Formosa y la
Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral.
El acto inaugural contó con una nutrida
concurrencia. Además del público en general asistieron miembros de la LIADA,
del CODE de Santa Fe, del Taller Astronómico “Alfa Centauro” de Sunchales (Santa
Fe), del Observatorio Nova Persei II de Formosa, de la Comisión Casildense del
Espacio (COCADE) de Casilda (Santa Fe) y de la Asociación de Aficionados a la
Astronomía (AAA) de la vecina y hermana República Oriental del Uruguay.
Hoy lo festejamos con una serie de
actividades, que comienzan con un ciclo de charlas en nuestro canal en Youtube: