Hace 30 años Rubén Lianza descubría los primeros
cráteres tangenciales en la superficie de nuestro planeta
Por Alberto Anunziato
sociedadlunarargentina@gmail.com
PUBLICADO EN DIARIO UNO DE PARANÁ
Dos de los cráteres tangenciales de Río Cuarto
descubiertos por Rubén Lianza
Octubre de 1989. El entonces Capitán de la Fuerza Aérea
Rubén Lianza, volaba en los cielos cordobeses cuando observó una depresión del
terreno de forma peculiar, que se destacaba de los campos cultivados que la
rodeaban. Esa noche la ansiedad le dificultó el sueño. El ahora Comodoro (R) creía
haber hecho un descubrimiento. Al día siguiente, volando un Pampa a mucha mayor
altitud confirmó su descubrimiento: una formación de varios cráteres de forma
elíptica que indicaban un impacto meteorítico tangencial miles de años atrás.
Rubén Lianza fue miembro fundador de la Asociación Entrerriana de Astronomía y
era un activo astrónomo amateur, lo que lo llevó a percatarse de la importancia
de lo que había descubierto. A
diferencia de la Luna, privada de atmósfera, de clima y de placas tectónicas,
en nuestra cambiante Tierra son poquísimos los cráteres de impacto que
conservan su forma. Y ninguno de los cráteres conocidos tiene la forma elíptica
que indica el impacto de un meteorito a un ángulo muy cerrado, menos de 15
grados. El astrónomo amateur entrerriano había descubierto los primeros cráteres
tangenciales en la superficie de nuestro planeta, e incluso había podido
posteriormente recoger in situ un fragmento meteorítico del tipo condrítico.
Lianza envió sus fotografías a diversas revistas
científicas y dos años después recibió en Paraná a una expedición científica
encabezada por Peter Schultz, de la Brown University (Providence, EEUU), uno de
los geólogos planetarios más importantes del mundo. Luego de observar las
imágenes que se habían obtenido al cartografiar la zona los aviones del Grupo
de Reconocimiento Aeroespacial de la Base Aérea Paraná, los expedicionarios
llegaron a la zona de los cráteres, ubicados en un campo de propiedad privada
en las cercanías de Río Cuarto. Era agosto de 1991. Los resultados de la
expedición, de la que además participaron Lianza y miembros de la Universidad
de Tucumán, confirmaron el descubrimiento. Los cráteres elípticos producidos
por impactos meteoríticos oblicuos o tangenciales (en lugar de los más comunes
cráteres circulares, producidos por impactos verticales) habían sido registrados
en la Luna, Mercurio, Venus y Marte y ahora también en la Tierra. La magnitud
del descubrimiento puede reconocerse en la repercusión que tuvo en las
publicaciones científicas. El anuncio se hizo en “Nature” (una de las dos
revistas científicas más prestigiosas del mundo) en una comunicación firmada
por Rubén Lianza y Peter Schultz en el número del 16 de enero de 1992, seguida
por publicaciones en “Planetary Report”, “Sky and Telescope” (en tapa), “Muy
Interesante” y otras revistas.
Lo que sucedió hace 10.000 años aproximadamente es que
un asteroide de unos 150 metros de diámetro ingresó en nuestra atmósfera a una
velocidad de impacto de unos 23 kilómetros por segundo, iluminando el cielo
cordobés por unos 30 segundos mientras se aproximaba a la superficie en un
ángulo muy cerrado. El impacto fue casi paralelo al suelo y generó una
explosión equivalente a una bomba de 350 megatones (10 veces más potente que el
terrible impacto de Tunguska en 1908) y un huracán de fuego que arrasó todo a
su paso hasta llegar a 50 kilómetros del impacto del cráter primario. Pero
microsegundos antes del impacto primario el proyectil se fragmentó en varios
pedazos que fueron impactando intactos y también de manera lateral. Los 11 cráteres
resultantes tienen forma elíptica y son mucho más playos que los cráteres
circulares y profundos producto de los mucho más comunes impactos verticales.
Muy probablemente el sustrato rocoso cordobés ayudó a preservar las suaves
pendientes de estos cráteres, ahora cubiertos por vegetación. Pasaron ya 30
años de esta página extraordinaria de la ciencia entrerriana. Rubén Lianza
siguió su carrera exitosa en la Fuerza Aérea: piloto de pruebas, Jefe de la
base antártica Marambio, Director de la Comisión de Estudio de Fenómenos
Aeroespaciales, son solo algunos hitos en su vida llena de intereses y de
pasiones. Rendimos homenaje desde estas páginas a este paranaense destacado.