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lunes, 8 de julio de 2019

UN DESCUBRIMIENTO ENTRERRIANO


Hace 30 años Rubén Lianza descubría los primeros cráteres tangenciales en la superficie de nuestro planeta

Por Alberto Anunziato
sociedadlunarargentina@gmail.com

PUBLICADO EN DIARIO UNO DE PARANÁ


Dos de los cráteres tangenciales de Río Cuarto descubiertos por Rubén Lianza

Octubre de 1989. El entonces Capitán de la Fuerza Aérea Rubén Lianza, volaba en los cielos cordobeses cuando observó una depresión del terreno de forma peculiar, que se destacaba de los campos cultivados que la rodeaban. Esa noche la ansiedad le dificultó el sueño. El ahora Comodoro (R) creía haber hecho un descubrimiento. Al día siguiente, volando un Pampa a mucha mayor altitud confirmó su descubrimiento: una formación de varios cráteres de forma elíptica que indicaban un impacto meteorítico tangencial miles de años atrás. Rubén Lianza fue miembro fundador de la Asociación Entrerriana de Astronomía y era un activo astrónomo amateur, lo que lo llevó a percatarse de la importancia de lo que había descubierto.  A diferencia de la Luna, privada de atmósfera, de clima y de placas tectónicas, en nuestra cambiante Tierra son poquísimos los cráteres de impacto que conservan su forma. Y ninguno de los cráteres conocidos tiene la forma elíptica que indica el impacto de un meteorito a un ángulo muy cerrado, menos de 15 grados. El astrónomo amateur entrerriano había descubierto los primeros cráteres tangenciales en la superficie de nuestro planeta, e incluso había podido posteriormente recoger in situ un fragmento meteorítico del tipo condrítico.
Lianza envió sus fotografías a diversas revistas científicas y dos años después recibió en Paraná a una expedición científica encabezada por Peter Schultz, de la Brown University (Providence, EEUU), uno de los geólogos planetarios más importantes del mundo. Luego de observar las imágenes que se habían obtenido al cartografiar la zona los aviones del Grupo de Reconocimiento Aeroespacial de la Base Aérea Paraná, los expedicionarios llegaron a la zona de los cráteres, ubicados en un campo de propiedad privada en las cercanías de Río Cuarto. Era agosto de 1991. Los resultados de la expedición, de la que además participaron Lianza y miembros de la Universidad de Tucumán, confirmaron el descubrimiento. Los cráteres elípticos producidos por impactos meteoríticos oblicuos o tangenciales (en lugar de los más comunes cráteres circulares, producidos por impactos verticales) habían sido registrados en la Luna, Mercurio, Venus y Marte y ahora también en la Tierra. La magnitud del descubrimiento puede reconocerse en la repercusión que tuvo en las publicaciones científicas. El anuncio se hizo en “Nature” (una de las dos revistas científicas más prestigiosas del mundo) en una comunicación firmada por Rubén Lianza y Peter Schultz en el número del 16 de enero de 1992, seguida por publicaciones en “Planetary Report”, “Sky and Telescope” (en tapa), “Muy Interesante” y otras revistas.
Lo que sucedió hace 10.000 años aproximadamente es que un asteroide de unos 150 metros de diámetro ingresó en nuestra atmósfera a una velocidad de impacto de unos 23 kilómetros por segundo, iluminando el cielo cordobés por unos 30 segundos mientras se aproximaba a la superficie en un ángulo muy cerrado. El impacto fue casi paralelo al suelo y generó una explosión equivalente a una bomba de 350 megatones (10 veces más potente que el terrible impacto de Tunguska en 1908) y un huracán de fuego que arrasó todo a su paso hasta llegar a 50 kilómetros del impacto del cráter primario. Pero microsegundos antes del impacto primario el proyectil se fragmentó en varios pedazos que fueron impactando intactos y también de manera lateral. Los 11 cráteres resultantes tienen forma elíptica y son mucho más playos que los cráteres circulares y profundos producto de los mucho más comunes impactos verticales. Muy probablemente el sustrato rocoso cordobés ayudó a preservar las suaves pendientes de estos cráteres, ahora cubiertos por vegetación. Pasaron ya 30 años de esta página extraordinaria de la ciencia entrerriana. Rubén Lianza siguió su carrera exitosa en la Fuerza Aérea: piloto de pruebas, Jefe de la base antártica Marambio, Director de la Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales, son solo algunos hitos en su vida llena de intereses y de pasiones. Rendimos homenaje desde estas páginas a este paranaense destacado.

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