Traducción
del texto aparecido en la edición de julio 2022 de “The Lunar Observer”
En el momento en que comencé la observación (IMAGE 1) el terminador pasaba muy cerca del borde occidental de Mare Nectaris, aproximadamente donde termina lo dibujado, en cuarto menguante. Quince días antes había observado casi exactamente la misma zona con iluminación inversa: el dorsum más occidental de Mare Nectaris parecía anodino, sin ningún detalle topográfico característico, como la cresta en su parte superior. Mi pensamiento fue que seguramente era un dorsum originado por el relieve sumergido por la lava que formó Mare Nectaris, ya que la cresta (que faltaba) es un derivado en superficie de una falla de encabalgamiento subterráneo, más propio de los dorsa originados por el asentamiento de grandes volúmenes de lava. Quince días más tarde la visión era única y llena de detalles que traté de reproducir. Las sombras alargadas hacia el este pertenecen a los 3 grandes cráteres de la orilla occidental, de norte a sur Theophilus, Cyrillus F y Beaumont. El segundo relieve, más hacia el este, parecía un segundo dorsum, más bajo. Usando el Map of Lunar Wrinkle Ridges del LROC Quickmap, sabemos que el relieve del oeste es un dorsum y el del este no (IMAGE 2), pero claramente son dos alturas paralelas, como se ve en IMAGE 3, usando otra herramienta del LROC Quickmap, los datos del Lunar Orbiter Laser Altimeter (LOLA):
el terreno tiene
una pendiente hacia el este, pero al este del dorsum hay una altura apenas más
baja. Es interesante como visualmente los dorsa tienden a verse más “ondulados”
de lo que son en realidad. Con una iluminación tan oblicua, el dorsum presentaba
muchos detalles, creo que nunca había observado uno tan cerca del terminador.
En el extremo norte se veía una zona muy brillante, que representé con un
triángulo (la forma aproximada de lo que se observaba). Mas hacia el sur se
veía claramente un pequeño cráter sobre el borde oriental (o en la cima, con la
iluminación es difícil decir si estaba observando el dorsum en todo su ancho o
su ladera occidental). Desde un poco más al sur del cráter se veía una línea
levemente brillante que recorría la mayor parte del dorsum, incluso parecía
tener una leve sombra hacia el oeste, parecía un detalle del relieve, pero
dudaría en identificarlo como la cresta, ya que quince días antes, y también
con iluminación oblicua, no se percibía signos de la misma. El extremo sur
presentaba el relieve más complicado: zonas brillantes mezcladas con sombras,
que trate de representar con cierta geometría (incierta). En este tipo de
observaciones se presenta un problema fundamental (es lo que pasó mientras la
selenografía era visual, podríamos decir entre 1609 y la década de 1960): la
selección de lo más importante que debería ser registrado entre tantos datos,
ya que no se puede dibujar todo como sí se puede registrar todo (en principio)
en una fotografía. Una reflexión interesante, derivada de la lectura provechosa
de un libro muy reciente, y apasionante: “A Treatise on Moon Maps”, por Francis
J. Manasek. Refiriéndose a cuanto tardaron en representarse en los mapas
lunares detalles obvios de los cráteres como las terrazas o los picos
centrales, Manasek dice (página 338): “Tal vez esta evolución sugiere un largo
período requerido de aprendizaje para percibir e interpretar imágenes ópticas,
comenzando con la ambigüedad inicial que siguió a Galileo y que no llegó a buen
término hasta el siglo XIX, o que la codificación de tal detalle requirió las
observaciones más intensivas resultantes de presentación corográfica del
detalle de la superficie lunar. Podríamos argumentar que el pico central logró
reconocimiento a medida que se desarrollaban la selenología y la ciencia
geológica”. Por mis humildes experiencias como observador de dorsa, puedo decir
que el mecanismo que cita Manasek es el correcto: a medida que conocemos la
estructura posible de un accidente lunar, su observación mejora y luego viene
el problema de encontrar cómo reproducir, simplificadamente, en símbolos
cartográficos, la compleja imagen que se percibe al observar. Manasek y su
espléndido libro me hizo reflexionar en la necesidad de mejorar la semiótica
cartográfica de mis observaciones, de manera más precisa que los triángulos
brillantes que usé en esta imagen.
Name
and location of observer: Alberto Anunziato (Paraná, Argentina).
Name
of feature: WRINKLE RIDGE MARE NECTARIS.
Date
and time (UT) of observation: 06-19-2022-05:30 to 06:00.
Size
and type of telescope used: 105 mm. Maksutov-Cassegrain (Meade EX 105)
Magnification: 186X
Seeing: 8/10
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