Luis
Francisco Alsina Cardinalli y Alberto Anunziato
Traducción
del texto aparecido en la edición de octubre 2022 de “The Lunar Observer”
Schiller (IMAGE 1) es sin dudas uno de los cráteres más enigmático. Es un cráter elongado, pero de tamaño gigantesco, su eje mayor mide 179 kilómetros y el menor 71 kilómetros. Por supuesto, su forma extraña remite a su origen incierto. Inicialmente se pensó en un origen volcánico, de hecho, hasta hace pocas décadas se pensaba que la mayoría de los cráteres lunares eran volcánicos. Recurrí al viejo “The Moon”, de Thomas Elger, en busca de una descripción precisa y bella como todas las del libro. Pero Elger (página 112) no comenta lo más obvio, su extraña forma alargada. Esto tiene su explicación histórica, para el paradigma del origen volcánico, Schiller no es tan extraño. Pensemos que su forma y tamaño son casi los mismos que la caldera hoy cubierta por el lago Toba (en la isla indonesia de Sumatra), que provocó cambios climáticos muy significativos hace 70.000 años. La comparación es tentadora, pero los cráteres volcánicos en la Luna, los que hoy sabemos con certeza que son volcánicos, son muy diferentes en forma y tamaño de Schiller. Y, como dice Charles Wood en “The Modern Moon”: “La falta de depósitos de cenizas masivos en las cercanías y de paredes terrazas similares a las de un cráter de impacto hacen que esta teoría no sea probable” (página 177). Sin embargo, todavía en 1985 se consideraba una teoría relativamente reciente en “Implied origin for the craters Orcus Patera and Schiller fron the lunar channel Bouvard”, un texto en el que usando a lo que hoy conocemos como Vallis Bouvard, una cadena de impactos alineados radial a la cuenca de Mare Orientale, a los que la erosión da el aspecto de un valle (IMAGE 2),
introduce lo que parece haber originado a
nuestro cráter, según Robert Garfinkle: “Schiller parece ser el resultado de
cuatro o más impactos superpuestos en los que las montañas entre los cráteres
fueron destruidas y el área dentro de las paredes exteriores restantes se
inundó con lava generalmente suave durante la era Imbríca”. Si observamos los cráteres cercanos a Schiller, como
Longomontanus o Clavius, vemos que sus suelos, como el de Schiller, son
bastante lisos pese a ser cráteres muy antiguos. Pero también es cierto que “hay
poca evidencia de que cualquiera de los cráteres postulados se superponga con
cualquiera de los otros, lo que implica que los cráteres se formaron
simultáneamente” (The Modern Moon, página 177), “Quizás un pequeño
asteroide o cometa fue capturado en la órbita lunar y, mientras giraba en
espiral hacia adentro, se rompió en múltiples pedazos con los impactos
simultáneos casi rozando creando cráteres superpuestos” (The Kaguya Lunar
Atlas) y, más precisamente: “¿Podría un impacto rasante ser responsable tan
grande como Schiller? Las docenas de grandes cráteres alargados en Marte
apuntan a una respuesta. Peter Schultz propuso que los impactos de ángulo bajo
de Marte se produjeron cuando pequeñas lunas del tamaño de Fobos y Deimos
entraron en espiral y se estrellaron contra la superficie del planeta. Quizás
Schiller marque el lugar de descanso final de un pequeño ex satélite de nuestra
Luna” (The Modern Moon. Página 177). La IMAGE 3 es una impresionante vista de
Schiller desde la sonda japonesa Kaguya, que ilustra magníficamente la
descripción que hace Robert Garfinkle: “El cráter es más ancho en el sur que en
el norte, pero se estrecha en cada extremo. El suelo en el extremo sur es liso
y en el norte hay dos cadenas montañosas que descienden por la mitad del cráter
y terminan cerca de donde podría haber estado la pared del cráter que falta. El
norte también ha sido golpeado por un par de cráteres de tamaño mediano. El
piso está salpicado de pequeños puntos brillantes cuando se observa bajo altos
ángulos de iluminación solar”. ¿Recuerdan algún otro
cráter que presente a una cresta montañosa central? Solamente Heraclitus, según
recuerdo, relativamente cerca de Schiller.
Referencias:
Bowker,
David and Hughes, Kendrick (1971): Lunar Orbiter Photographic Atlas of
the Moon, NASA.
Elger, Thomas (1895): The Moon, George Philip &
son.
Garfinkle, Robert (2020): Luna Cognita, Springer.
Motomaro, Shimao and Wood, Charles (2011): The
Kaguya Lunar Atlas, Springer.
Trego, Kent (1984): Implied origin for the
craters Orcus Patera and Schiller fron the lunar channel Bouvard (Letter to the
Editor), “Earth, Moon and Planets 33, pages 99-102.
Wood,
Charles A. (2003): The modern Moon. A personal view, Sky and Telescope.
IMAGE 1:
Name and location of observer: Luis Francisco Alsina
Cardinalli (Oro Verde, Argentina).
Name of feature: Schiller.
Date and time (UT) of observation: 12-11-2016-03:33.
Filter: Astronomik ProPlanet 742 IR-pass.
Size and type of telescope used:
IMAGE 2: Plate 246 Lunar Orbiter Photographic Atlas of the
Moon.
IMAGE 3: Plate
71 The
Kaguya Lunar Atlas.
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