(Marcelo Mojica – Club de astronomía Icarus)
Introducción
La Luna, nuestra compañera celeste eterna, guarda
aún secretos que no terminamos de desentrañar. Aunque se ha cartografiado con
exquisita precisión gracias a sondas espaciales, telescopios y misiones
tripuladas, el satélite terrestre sigue ofreciendo enigmas y curiosidades.
Entre ellos, se encuentra la aparente alineación de un grupo de pequeños
cráteres en el Mare Serenitatis, cerca del cráter Linné, uno de
los más famosos y enigmáticos de la superficie lunar.
Esta alineación está formada por los cráteres satélite
Linné A, Linné B, Linné F, Linné G y, según algunas observaciones,
también Linné H, los cuales parecen dibujar una línea en la superficie
basaltizada del Mare Serenitatis. El fenómeno, de confirmarse, podría
describirse como una cadena de cráteres, lo que nos llevaría a pensar en
la existencia de una posible “Linné Catena”. [1]
Las catenae lunares suelen estar formadas por
impactos secundarios o colapsos estructurales ligados a fallas, y están
oficialmente reconocidas por la Unión Astronómica Internacional (IAU). Sin
embargo, hasta hoy, ninguna cartografía oficial designa a estos cráteres como
parte de una catena. De ahí el interés de explorarlos, describirlos y discutir
si es plausible considerarlos bajo esa categoría.
En este artículo, analizaremos la historia y
características del cráter Linné, repasaremos datos sobre los cráteres satélite
que podrían integrar la hipotética catena, y reflexionaremos sobre las
limitaciones de la geometría esférica de la Luna en la percepción de
alineamientos. Finalmente, discutiremos si este grupo de cráteres merece o no
el nombre de “Linné Catena”.
El cráter
Linné: historia y enigma
El cráter Linné es un cráter relativamente
joven y pequeño, situado en el Mare Serenitatis. Su diámetro es de
aproximadamente 2,2 kilómetros y su profundidad cercana a los 500
metros, lo que lo convierte en un ejemplo casi perfecto de un cráter de
impacto simple. Sus paredes son empinadas y su interior presenta una forma en
“cuenco”, con taludes que se inclinan hacia un fondo reducido. [1]
Lo que lo hace tan especial no es solo su
morfología, sino también la historia ligada a su observación. En el siglo XIX,
el cráter Linné fue protagonista de una de las mayores controversias en la
cartografía lunar. Astrónomos como Johann Friedrich Julius Schmidt
afirmaron en 1866 que Linné había cambiado drásticamente de tamaño y aspecto:
de ser un cráter de unos 8 km de diámetro, visible fácilmente, había pasado a
ser un punto blanco brillante apenas perceptible. Este supuesto “cambio” generó
debates apasionados sobre si la Luna podía estar geológicamente activa.
Hoy sabemos que aquello fue una combinación de errores
de observación debidos a la resolución de los telescopios de la época y a
los fuertes contrastes de iluminación en la región. Linné nunca desapareció ni
cambió de forma: siempre fue pequeño, brillante y joven. Sin embargo, esta
anécdota lo convirtió en un objeto de fascinación para los observadores y en un
caso emblemático dentro de la historia de la selenografía.
Actualmente, las imágenes de la Lunar
Reconnaissance Orbiter Camera (LROC) confirman la frescura del cráter,
cuyos eyecta destacan en la superficie oscura del Serenitatis, proyectando un
halo claro que resalta especialmente en fase creciente.
Los
satélites de Linné
Alrededor de Linné se distribuyen varios cráteres
más pequeños, conocidos como sus satélites. De acuerdo a la nomenclatura
IAU, se identifican con letras mayúsculas asociadas al nombre principal. Entre
ellos, los que nos interesan para la hipótesis de la “Linné Catena” son A,
B, F, G y H.
Linné A
- Ubicación: al
suroeste de Linné.
- Diámetro aproximado: 1,5
km.
- Características: Es un
pequeño cráter simple, con forma cuenco, bordes definidos y un interior
poco erosionado. Su morfología sugiere también cierta juventud relativa,
aunque menos fresca que Linné principal. [1]
Linné B
- Ubicación: al
noroeste de Linné.
- Diámetro aproximado: 2 km.
- Características: Tiene
bordes ligeramente más desgastados que A, y su eyecta no es tan evidente.
Sin embargo, mantiene una forma definida, con laderas que descienden
suavemente hacia un fondo plano. [1]
Linné F
- Ubicación: algo
más hacia el oeste.
- Diámetro aproximado: 1 km.
- Características: Es de
los más pequeños del grupo. Presenta un contorno casi circular, con
taludes poco abruptos. Debido a su tamaño reducido, se observa mejor con
telescopios medianos bajo iluminación rasante. [1]
Linné G
- Ubicación: al
norte-noroeste.
- Diámetro aproximado: 1,2
km.
- Características: Su
perfil es algo irregular, probablemente por la superposición de
microimpactos. Aun así, se reconoce como parte de la secuencia de pequeños
cráteres que parecen seguir una orientación lineal. [1]
Linné H
- Ubicación: algo
desplazado respecto a la alineación principal, al norte.
- Diámetro aproximado: 1,3
km.
- Características: Su
inclusión en la posible cadena es debatible, pero algunos observadores lo
consideran parte del patrón lineal. [1]
Estos cinco cráteres satélites, junto con el Linné
principal, conforman un microcosmos geológico en el Mare Serenitatis. Lo
llamativo es que, vistos en mapas y fotografías, los satélites A, B, F y G
parecen dibujar una línea, una alineación que, al ojo humano, evoca una
cadena de cráteres.
Fig.1.- Mare Serenitatis y la región del cráter Linne y
sus cráteres satélites alineados.
Telescopio Refractor de 150mm diafragmado a 100mm en fecha: 2024-06-15 a
horas 23:20 UT con una s=7/10 y una t=5/6, cámara monocroma zwo 178
¿Qué es una catena lunar?
En la nomenclatura planetaria, una catena es
una cadena de cráteres dispuestos linealmente. Existen dos principales
mecanismos de formación:
- Impactos secundarios en cadena: Cuando
un gran impacto expulsa bloques de roca, estos caen en secuencia y generan
múltiples cráteres alineados. Ejemplos clásicos son la Catena Davy
o la Catena Abulfeda.
- Colapso tectónico o volcánico:
Grietas o fallas en la corteza lunar que colapsan, formando hileras de
depresiones.
Las catenae lunares están oficialmente nombradas y
reconocidas por la IAU. Sin embargo, ninguna cartografía oficial ha
registrado hasta hoy una “Catena Linné”.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿la alineación de
Linné A, B, F, G y H es real o es un efecto visual?
La geometría
esférica y la ilusión de la alineación
La superficie lunar es esférica, lo que
significa que cualquier alineación aparente puede estar sujeta a distorsión por
proyección. Una línea recta sobre la superficie curva de la Luna no
necesariamente se percibe recta cuando se proyecta en un mapa plano o en
imágenes telescópicas.
Si trazamos una recta sobre un globo terráqueo, lo
que en realidad obtenemos es un arco de círculo máximo. Por ello, para
confirmar una alineación es necesario trabajar con coordenadas
selenográficas de cada cráter y comprobar si, en efecto, todos ellos se
encuentran cercanos a una misma curva máxima.
Algunos estudios independientes realizados con LROC
QuickMap indican que A, B, F y G están efectivamente próximos a una línea
común, aunque con leves desviaciones que podrían explicarse por azar
estadístico o por la curvatura del terreno. H, en cambio, se desvía más
claramente, por lo que su pertenencia a la supuesta catena es más discutible.
¿Azar o
estructura?
La posibilidad de que esta alineación sea producto
del azar es alta. El Mare Serenitatis está plagado de pequeños cráteres
secundarios, y es natural que algunos de ellos, por simple estadística, se
dispongan en patrones que evocan linealidad.
Sin embargo, no debe descartarse que:
- Podrían ser impactos secundarios de un evento mayor, cuyas
trayectorias resultaron en una alineación aproximada.
- La tectónica del Serenitatis pudo haber jugado un papel:
grietas radiales asociadas al gran impacto que formó la cuenca de
Serenitatis podrían haber guiado la disposición de los impactos.
- También existe la posibilidad de una alineación ilusoria
producida por nuestra percepción visual, acentuada por el contraste de
sombras y la cartografía bidimensional.
Linné como
centro de interés
Lo fascinante de esta posible catena es que se
encuentra alrededor de uno de los cráteres más carismáticos de la Luna. Linné
no solo es un cráter joven y brillante, sino también un símbolo de los debates
sobre la supuesta variabilidad lunar. Su entorno es, por tanto, un terreno
fértil para la imaginación y la curiosidad.
¿No sería poético que junto a un cráter famoso por
su “desaparición” hubiera también una alineación de cráteres aparentemente
oculta a la nomenclatura oficial?
Comparación
con otras catenae
Al contrastar la alineación de los satélites de
Linné con catenae bien documentadas, como Catena Davy, encontramos
diferencias notables:
- Las catenae auténticas suelen estar compuestas por decenas de
cráteres, no solo cinco.
- Sus diámetros tienden a disminuir progresivamente en una dirección.
- Su origen está bien asociado a impactos mayores.
La supuesta Linné Catena, en cambio, es
corta, formada por solo unos pocos cráteres y sin una gradación clara de
tamaños. Esto hace pensar que, más que una catena en sentido estricto, podría
ser una alineación parcial interesante, pero insuficiente para
clasificarla formalmente.
El valor
para la astronomía amateur
Más allá de su posible clasificación oficial, la
observación de esta alineación representa un desafío estimulante para los
astrónomos aficionados. Con telescopios de mediana apertura (15–20 cm), bajo
iluminación rasante, es posible distinguir los pequeños satélites y trazar
mentalmente la línea que los une.
Proyectos de observación colectiva podrían
dedicarse a:
- Fotografiar la región con diferentes fases
lunares para evaluar la percepción de la alineación.
- Medir posiciones relativas con
software de cartografía lunar y comparar con modelos esféricos.
- Discutir hipótesis en
comunidades de observadores, aportando datos a la ciencia ciudadana.
De esta manera, aunque no exista aún una “Catena
Linné” oficial, sí podría convertirse en una referencia dentro de la
astronomía amateur, un ejemplo de cómo la curiosidad nos lleva a reinterpretar
lo ya cartografiado.
Conclusiones
La supuesta “Linné Catena” es, hasta ahora,
una hipótesis atractiva y evocadora: un puñado de cráteres satélite que parecen
alinearse en el Mare Serenitatis, junto al célebre cráter Linné.
Si bien la evidencia geométrica no es concluyente y
no existen estudios formales que respalden su existencia como catena auténtica,
la observación de esta alineación invita a reflexionar sobre los procesos que
moldean la Luna y sobre cómo la percepción humana encuentra patrones en el caos
aparente.
El cráter Linné, con su halo brillante y su
historia de anécdotas, se convierte así en el centro de un nuevo relato: el de
una cadena de cráteres que podría o no existir, pero que sin duda enriquece la
experiencia de quienes apuntan sus telescopios hacia el Mare Serenitatis.
Palabras
finales
Quizá, dentro de algunos años, nuevas
investigaciones o análisis estadísticos permitan aclarar si la alineación de
Linné A, B, F, G y H merece ser reconocida como una catena. Mientras tanto,
podemos seguir observando, fotografiando y soñando con ella. La Luna, como
siempre, nos devuelve tanto misterio como el que nosotros queramos proyectarle.
En definitiva, la posible “Linné Catena” es
un ejemplo perfecto de cómo la astronomía amateur puede enriquecer la mirada
sobre lo ya conocido y abrir nuevas preguntas. Tal vez, en esa aparente línea
de cráteres pequeños, no se esconda un proceso geológico trascendental, pero sí
se revela el espíritu humano de buscar orden, sentido y belleza en el cielo.
Bibliografía
1.
Virtual Moon Atlas.
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