Desde Formosa, Argentina, el Prof. Dr. Raúl Podestá continúa reportando estupendas imágenes lunares desde el Observatorio Nova Persei II:
Buscar este blog
lunes, 13 de octubre de 2025
jueves, 9 de octubre de 2025
PEQUEÑAS DEPRESIONES CON FORMA DE COMETA
Traducción
del texto aparecido en la edición de septiembre 2025 de The Lunar Observer
Es
sorprendente la cantidad de pequeñas formaciones selenográficas que se pueden
distinguir si hacemos un poco de zoom en cualquier imagen lunar, o cuando
analizamos alguna imagen obtenida en órbita lunar. Es como asomarse a un mundo
distinto. Estoy seguro que el lector alguna vez habría visto en algún rincón
lunar una formación similar a las vemos en IMAGE 1, que fue tomada de la
filmación (minuto 0.53) de la cámara a bordo del lander indio Vikram descendiendo cerca del cráter
Manzinus U el 23 de agosto de 2023 (el video se encuentra en Youtube, se llama
Chandrayaan 3 landing-Onboard camera view (https://www.youtube.com/watch?v=IhTQ6bNuP8c&t=56s). Hace un par de años, en el número de octubre 2023
de The Lunar Observer, publicamos algunas imágenes que extrajimos de este mismo
video con el texto “Travelling with the Vikram lander”, una de ellas correspondía
al minuto 0.53 y nos preguntábamos por la formación que en ella se veía. Dos
años después, revisé dicha filmación para hacer la comparación que presentaré a
continuación, y unos segundos antes aparece una formación ¡exactamente igual!
En IMAGE 1 las vemos juntas. ¿Se trata de cráteres? ¿Depresiones? ¿fuentes de
lava? ¿cadenas de cráteres de impacto?
Danny
Caes realizó una investigación en el magnífico sitio web The Moon sobre lo que
denominó "Cúmulos de cráteres pequeños y pequeñas depresiones
extrañas" (https://the-moon.us/wiki/Curious_crater_clusters
). Existe una serie de cúmulos de cráteres que simplemente se agrupan debido a
su forma inusual, susceptible a la pareidolia. Entre ellos, hay varias
formaciones que parecen ser depresiones con forma de cráter o cráteres
alargados de formas muy extrañas, en lugar de cúmulos”. De este interesantísimo
catálogo seleccionamos una formación que es increíblemente parecida a las dos
formaciones que vemos en IMAGE 1. Se trata de The Guitar (or Bottle):
ligeramente al noreste de Fedorov (entre Fedorov y Mons Delisle) se encuentra
una curiosa depresión con forma de guitarra o botella. Esta
"Guitarra"/"Botella" fue fotografiada durante la misión
Apolo 15 con película Hasselblad en blanco y negro: AS15-92-12470 and AS15-81-10983”.
IMAGE
2 es un detalle de la segunda imagen citada de Apolo 15. ¿Se ven parecidas las
formaciones que se ven en IMAGE 1 con la que se ve en IMAGE 2? IMAGE 3 las
muestra en paralelo. Las flechas grises muestran un primer componente, lo que
parece un cráter, o al menos es circular, el segundo componente es una
formación alargada, las flechas negras muestran la pared más definida de ese
pequeño ¿canal? La diferencia entre las dos formaciones que se ven en la imagen
de Vikram y la “Guitarra” que se ve en la imagen de Apolo 15 parece ser que en
ésta última las dos paredes del segundo componente parecen más similares entre
sí, mientras que en las formaciones paralelas que se ven en IMAGE 1 tienen una
pared más definida (que proyecta sombra) y una segunda que parece menos
escarpada y más irregular. IMAGE 4 es una captura de la zona de Mare Imbrium
correspondiente a donde se encuentra “La Guitarra”, del Lunar Reconnaissance
Orbiter Quickmap, entre los cráteres Delisle y Fedorov (en el medio se
encuentra Mons Delisle). Se puede ver fácilmente que es una zona con abundancia
de formaciones volcánicas, específicamente de rimas y de domos. El estudio
“Refined thorium abundances for lunar red spots: Implications for evolved,
nonmare volcanism on the Moon” (J. J. Hagerty et al, 2006, https://doi.org/10.1029/2005JE002592
), analiza la distribución espacial del thorium (Th) en la superficie lunar
para estimar la abundancia de lo que se conoce como “lunar red spots” (zonas rojas lunares): “una clase de anomalías espectrales
en la cara visible de la Luna que se caracterizan por un albedo alto y una
fuerte absorción en el ultravioleta (…) ubicadas en una variedad de entornos
geológicos y comúnmente aparecen como domos, unidades de llanuras suaves y
parches de tierras altas escarpadas”. Una de las zonas analizadas es la de los
domos de Gruithuisen, donde está The Guitar, entre Mons Delisle y el cráter
Fedorov: “Los resultados de este estudio se pueden combinar con evidencia
morfológica y compositiva preexistente para sugerir que (…) los domos de
Gruithuisen (…) son construcciones volcánicas silícicas, no maria, similares en
naturaleza a los domos de riolita terrestres. Proponemos que la inmiscibilidad
líquida de silicato o, más probablemente, la subcapa basáltica podrían haber
producido domos de riolita lunar. Por lo tanto, los datos del Lunar Prospector
presentados en este estudio proporcionan nueva información sobre la gama
completa de procesos volcánicos y de la corteza que podrían haber ocurrido en
la Luna”. Esto confirma que la zona donde
aparece The Guitar es de gran actividad volcánica. The Guitar no es la única
formación extraña en esta pequeña área de los domos de Gruithuisen, también lo
son las dos formaciones al norte y al sur: “Desafortunadamente,
se sabe muy poco sobre la formación Fedorov o el Mons Delisle. Una imagen de la
misión Lunar Orbiter muestra que el Mons Delisle no presenta características
volcánicas clásicas; sin embargo, la porción suroeste del Mons Delisle se ha cartografiado
como material de domo volcánico rugoso”. Más extraño que el Mons Delisle es
¿cráter? Fedorov: “La formación Fedorov contiene el cráter Fedorov, así como
una montaña de 6 km de diámetro a la que llamamos montaña Fedorov. El cráter
Fedorov tiene una forma de cuña inusual y carece de un borde elevado, lo que
indica que la depresión es en realidad un cráter de mare endógeno.
Inmediatamente al norte de esta depresión se encuentra la montaña Fedorov, que
se eleva unos 0,6 km por encima del mar circundante y 0,8 km por encima del
fondo de la depresión Fedorov”. The Guitar sería similar al “cráter”
Fedorov, en cuanto Fedorov parece ser una depresión más que un cráter.
¿Compartirán origen volcánico? Parece que sí, de hecho, hay otras dos
formaciones que presentan cierta similitud con The Guitar, una pequeña muy
cerca al este y una mucha más grande al norte (IMAGE 5, LRO Quickmap).
Podría
ser que las 3 formaciones que analizamos con forma de cometa (un componente
circular que sería la coma y un componente alargado que parece una cola), esto
es, las dos que aparecen en IMAGE 1 en la filmación del lander Vikram y The
Guitar, fueran similares morfológicamente y compartieran un probable origen
volcánico. Lamentablemente de las formaciones gemelas que muestra Vikram no
conocemos nada, solo que razonablemente están cerca de la zona de alunizaje,
cerca de Manzinus U, en las tierras altas de la zona cercana al polo sur. Y es
una zona muy distinta geológicamente de la zona en la que está The Guitar, no
volcánica. No habría argumentos geológicos, en principio, para la comparación,
que solo se justifica por la similitud de formas (que no es poco, ya que son
muy similares). Cerramos esta comparación con un primer plano de The Guitar
(del LRO Quickmap, una vez más). En IMAGE 6 vemos que el componente circular
guarda cierto parecido con una fosa de las que se sospechan ser el acceso a un
tubo de lava, parece que la pendiente llena de rocas sueltas llevara hacia una
hondanada en sombras. En IMAGE 7 hacemos una comparación entre IMAGE 6 y la
imagen de una fosa reconocida como tal, la Sinus Iridum Pit (página 19 del
Lunar Reconnaissance Orbiter Camera Catalog of Lunar Pits, R.V. Wagner, M.S.
Robinson, and the LROC Team Version 1–March 2021, disponible en https://lroc.im-ldi.com/atlases/pits/list
). Nada nos impide soñar con que The Guitar sea una rampa, o incluso que lo
sean también las dos formaciones que se ven en la cámara de Vikram. Es
interesante notar que la descripción que da el Catalog de la Sinus Iridum Pit
podría aplicarse a las formaciones que comparamos: “(…) depresión de ~1,3 km de
largo (no está claro si se trata de una catena degradada, algún otro tipo de
depresión o una ilusión)”.
lunes, 6 de octubre de 2025
Vitello: la joya escondida en el borde de Mare Humorum
(Marcelo Mojica – Club de Astronomía Icarus)
Hay noches en las que la Luna
parece mirarnos con un guiño especial. Entre los infinitos cráteres que adornan
su rostro, uno de ellos espera silencioso, casi discreto, pero lleno de
secretos que recompensan al observador paciente. Su nombre es Vitello, una
formación de 41 kilómetros de diámetro que se recuesta en el sur de Mare
Humorum, como un recuerdo antiguo de impactos titánicos y fuerzas
interiores que aún resuenan en la imaginación humana. [1]
Fig.1.- Se
observa a Vitello con su “meseta interna”, sobre la cual se destacan sus picos
centrales. Imagen obtenida con un Mak de 150mm de apertura a F/12, con filtro
UV, IR de Baader en fecha 2025/Ago/05 a horas 23:05 UT con s=6/10 y t=4/6
Un escenario de historia cósmica
Vitello nació hace cerca de 3.8
mil millones de años [1], en los albores de la Luna que hoy
conocemos. Su origen fue un impacto meteórico formidable, pero su vida no
terminó en ese instante. La Luna seguía viva en su interior y, en algún
momento, fuerzas ocultas hicieron que su piso se fracturara y se elevara,
creando un anillo interno y un montículo central que parecen contar una
historia de luchas y movimientos subterráneos.
Observar Vitello es asomarse a una época en que el Sistema Solar entero era un
hervidero de rocas y fuego, cuando cada cráter era una chispa de creación.
El placer de
observarlo
La belleza de Vitello no exige
grandes instrumentos. Fig.1. Con un pequeño refractor de 50 mm ya se intuye su
contorno, pero un telescopio de 150 mm o más revela su verdadera riqueza: los
picos centrales iluminado como un faro, los anillos internos que parecen ondas
de piedra, las fracturas que cruzan el piso como cicatrices de un tiempo
remoto.
El mejor momento para buscarlo llega tres días después del Primer Cuarto o dos
días después del Último Cuarto, cuando el Sol lunar ilumina de costado y las
sombras resaltan cada relieve. Es entonces cuando el corazón del observador
late un poco más rápido, al reconocer que lo que mira no es solo una imagen,
sino un relato geológico que ha sobrevivido miles de millones de años. [1]
El relieve
que conquista la mirada
Basta un telescopio modesto para
percibir que Vitello no es un cráter cualquiera. Sus paredes elevadas, que se
alzan más de 3.2 kilómetros sobre el piso, muestran una silueta quebrada por
pequeños cráteres secundarios, como el diminuto Lee M en el noroeste. En su
interior se destaca un pico brillante (de cinco) que se yergue orgulloso,
recordando que la Luna también sabe esculpir montañas. El suelo, lejos de ser
plano, parece un paisaje atormentado, con fracturas y anillos concéntricos que
delatan un pasado de presiones internas. [1]
Cuando el terminador —la frontera
entre la noche y el día lunar— acaricia la región de Humorum, las sombras
alargadas dibujan estas estructuras con una nitidez casi mágica. En esos
momentos, Vitello deja de ser solo un nombre en un mapa: se convierte en un
escenario de luces y sombras que respira ante nuestros ojos.
Un nombre
con herencia de luz
Vitello lleva el nombre de Erazmus
Ciołek Witelo Fig.2. filósofo y astrónomo polaco del siglo XIII que dedicó su
vida al estudio de la óptica. Qué hermoso homenaje: un cráter que juega con la
luz y las sombras, nombrado en honor de un hombre que buscó comprender sus
secretos. Al contemplarlo, sentimos la continuidad entre las mentes que
exploraron el cielo en la Edad Media y nuestras propias miradas modernas.
[1]
Fig.2.- En una
página de su manuscrito, puede verse una miniatura de Vitello [2]
Invitación a
la aventura
Cuando la próxima Luna creciente
se eleve sobre el horizonte, prepara tu telescopio, tus binoculares o incluso
tu cámara fotográfica. Busca el suroeste del disco, localiza la elegante cuenca
de Mare Humorum y deja que tus ojos se deslicen hacia el sur. Allí, Vitello te
estará esperando, como un susurro del pasado que se vuelve presente. Fig.3.
La experiencia no es solo
científica: es profundamente humana. En cada cráter, en cada sombra, late la
certeza de que el universo es antiguo, vasto y, sin embargo, cercano. Al
observar Vitello, sentimos que nuestra mirada une los siglos: desde los
primeros astrónomos que lo nombraron hasta los exploradores del futuro que
quizá lo pisen.
Una noche
para recordar
Sal, respira el aire frío de la
noche, siente el peso de las estrellas y la luz de la Luna acariciando tu
rostro. Apunta tu telescopio y deja que Vitello te cuente su historia. En su
anillo interior, en su montaña central, en las fracturas que cruzan su piso,
hay poesía grabada en roca. Observarlo es más que un acto de curiosidad: es un
diálogo silencioso con la eternidad.
La próxima lunación es tu oportunidad. No
dejes que Vitello siga siendo solo un nombre en los atlas: conviértelo en una
experiencia, en una imagen propia, en un recuerdo que te acompañe cada vez que
mires hacia la Luna. Porque en cada noche de observación, el cielo no solo
revela sus secretos… también despierta los nuestros.
Fig.3.- Se observa al cráter Vitello al Sur de “Mare
Humorun”, hacia el Sud-Oeste de la Luna. Virtual Moon Atlas. [1]
Bibliografía
1. Virtual
Moon Atlas. Software
gratuito. Descarga en: https://1-ap--i-net.translate.goog/avl/en/download?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=tc&_x_tr_sch=http&_x_tr_enc=1
lunes, 29 de septiembre de 2025
NOS SUMAMOS A LA NOCHE INTERNACIONAL DE OBSERVACIÓN LUNAR
NOS SUMAMOS A LA NOCHE INTERNACIONAL
DE OBSERVACIÓN LUNAR
Desde Paraná, nos
sumamos a la Noche Internacional de Observación Lunar, como lo venimos haciendo
desde la creación de la Sociedad Lunar en 2019. Tendremos dos actividades. El jueves
02 de octubre a las 18 horas, en la Biblioteca Celia Montoya de la
Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (Escuela Normal, Urquiza y
Corrientes, Subsuelo), tendremos la charla “Conociendo la Luna”. En el marco de
la Práctica de Extensión Territorial (PET) “La Luna en tu patio”, haremos un
recorrido por las principales formaciones geológicas que se pueden observar en
la Luna con telescopio de aficionado. Y luego haremos una práctica de
observación, observando con un telescopio los accidentes lunares a los que nos
referimos en la primera parte. Además, recordaremos la rica historia
astronómica del Observatorio de la Escuela Normal.
El sábado 4 de octubre a
las 19,30 estaremos con nuestros telescopios en la Plaza Mujeres Entrerrianas
(Ex Hipódromo) para seguir observando la Luna.
Ambas actividades en
conjunto con el Observatorio Galileo Galilei de Oro Verde.
Como siempre, nuestras
actividades son libres y gratuitas.
viernes, 26 de septiembre de 2025
La posible “Linné Catena” en el Mare Serenitatis
(Marcelo Mojica – Club de astronomía Icarus)
Introducción
La Luna, nuestra compañera celeste eterna, guarda
aún secretos que no terminamos de desentrañar. Aunque se ha cartografiado con
exquisita precisión gracias a sondas espaciales, telescopios y misiones
tripuladas, el satélite terrestre sigue ofreciendo enigmas y curiosidades.
Entre ellos, se encuentra la aparente alineación de un grupo de pequeños
cráteres en el Mare Serenitatis, cerca del cráter Linné, uno de
los más famosos y enigmáticos de la superficie lunar.
Esta alineación está formada por los cráteres satélite
Linné A, Linné B, Linné F, Linné G y, según algunas observaciones,
también Linné H, los cuales parecen dibujar una línea en la superficie
basaltizada del Mare Serenitatis. El fenómeno, de confirmarse, podría
describirse como una cadena de cráteres, lo que nos llevaría a pensar en
la existencia de una posible “Linné Catena”. [1]
Las catenae lunares suelen estar formadas por
impactos secundarios o colapsos estructurales ligados a fallas, y están
oficialmente reconocidas por la Unión Astronómica Internacional (IAU). Sin
embargo, hasta hoy, ninguna cartografía oficial designa a estos cráteres como
parte de una catena. De ahí el interés de explorarlos, describirlos y discutir
si es plausible considerarlos bajo esa categoría.
En este artículo, analizaremos la historia y
características del cráter Linné, repasaremos datos sobre los cráteres satélite
que podrían integrar la hipotética catena, y reflexionaremos sobre las
limitaciones de la geometría esférica de la Luna en la percepción de
alineamientos. Finalmente, discutiremos si este grupo de cráteres merece o no
el nombre de “Linné Catena”.
El cráter
Linné: historia y enigma
El cráter Linné es un cráter relativamente
joven y pequeño, situado en el Mare Serenitatis. Su diámetro es de
aproximadamente 2,2 kilómetros y su profundidad cercana a los 500
metros, lo que lo convierte en un ejemplo casi perfecto de un cráter de
impacto simple. Sus paredes son empinadas y su interior presenta una forma en
“cuenco”, con taludes que se inclinan hacia un fondo reducido. [1]
Lo que lo hace tan especial no es solo su
morfología, sino también la historia ligada a su observación. En el siglo XIX,
el cráter Linné fue protagonista de una de las mayores controversias en la
cartografía lunar. Astrónomos como Johann Friedrich Julius Schmidt
afirmaron en 1866 que Linné había cambiado drásticamente de tamaño y aspecto:
de ser un cráter de unos 8 km de diámetro, visible fácilmente, había pasado a
ser un punto blanco brillante apenas perceptible. Este supuesto “cambio” generó
debates apasionados sobre si la Luna podía estar geológicamente activa.
Hoy sabemos que aquello fue una combinación de errores
de observación debidos a la resolución de los telescopios de la época y a
los fuertes contrastes de iluminación en la región. Linné nunca desapareció ni
cambió de forma: siempre fue pequeño, brillante y joven. Sin embargo, esta
anécdota lo convirtió en un objeto de fascinación para los observadores y en un
caso emblemático dentro de la historia de la selenografía.
Actualmente, las imágenes de la Lunar
Reconnaissance Orbiter Camera (LROC) confirman la frescura del cráter,
cuyos eyecta destacan en la superficie oscura del Serenitatis, proyectando un
halo claro que resalta especialmente en fase creciente.
Los
satélites de Linné
Alrededor de Linné se distribuyen varios cráteres
más pequeños, conocidos como sus satélites. De acuerdo a la nomenclatura
IAU, se identifican con letras mayúsculas asociadas al nombre principal. Entre
ellos, los que nos interesan para la hipótesis de la “Linné Catena” son A,
B, F, G y H.
Linné A
- Ubicación: al
suroeste de Linné.
- Diámetro aproximado: 1,5
km.
- Características: Es un
pequeño cráter simple, con forma cuenco, bordes definidos y un interior
poco erosionado. Su morfología sugiere también cierta juventud relativa,
aunque menos fresca que Linné principal. [1]
Linné B
- Ubicación: al
noroeste de Linné.
- Diámetro aproximado: 2 km.
- Características: Tiene
bordes ligeramente más desgastados que A, y su eyecta no es tan evidente.
Sin embargo, mantiene una forma definida, con laderas que descienden
suavemente hacia un fondo plano. [1]
Linné F
- Ubicación: algo
más hacia el oeste.
- Diámetro aproximado: 1 km.
- Características: Es de
los más pequeños del grupo. Presenta un contorno casi circular, con
taludes poco abruptos. Debido a su tamaño reducido, se observa mejor con
telescopios medianos bajo iluminación rasante. [1]
Linné G
- Ubicación: al
norte-noroeste.
- Diámetro aproximado: 1,2
km.
- Características: Su
perfil es algo irregular, probablemente por la superposición de
microimpactos. Aun así, se reconoce como parte de la secuencia de pequeños
cráteres que parecen seguir una orientación lineal. [1]
Linné H
- Ubicación: algo
desplazado respecto a la alineación principal, al norte.
- Diámetro aproximado: 1,3
km.
- Características: Su
inclusión en la posible cadena es debatible, pero algunos observadores lo
consideran parte del patrón lineal. [1]
Estos cinco cráteres satélites, junto con el Linné
principal, conforman un microcosmos geológico en el Mare Serenitatis. Lo
llamativo es que, vistos en mapas y fotografías, los satélites A, B, F y G
parecen dibujar una línea, una alineación que, al ojo humano, evoca una
cadena de cráteres.
Fig.1.- Mare Serenitatis y la región del cráter Linne y
sus cráteres satélites alineados.
Telescopio Refractor de 150mm diafragmado a 100mm en fecha: 2024-06-15 a
horas 23:20 UT con una s=7/10 y una t=5/6, cámara monocroma zwo 178
¿Qué es una catena lunar?
En la nomenclatura planetaria, una catena es
una cadena de cráteres dispuestos linealmente. Existen dos principales
mecanismos de formación:
- Impactos secundarios en cadena: Cuando
un gran impacto expulsa bloques de roca, estos caen en secuencia y generan
múltiples cráteres alineados. Ejemplos clásicos son la Catena Davy
o la Catena Abulfeda.
- Colapso tectónico o volcánico:
Grietas o fallas en la corteza lunar que colapsan, formando hileras de
depresiones.
Las catenae lunares están oficialmente nombradas y
reconocidas por la IAU. Sin embargo, ninguna cartografía oficial ha
registrado hasta hoy una “Catena Linné”.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿la alineación de
Linné A, B, F, G y H es real o es un efecto visual?
La geometría
esférica y la ilusión de la alineación
La superficie lunar es esférica, lo que
significa que cualquier alineación aparente puede estar sujeta a distorsión por
proyección. Una línea recta sobre la superficie curva de la Luna no
necesariamente se percibe recta cuando se proyecta en un mapa plano o en
imágenes telescópicas.
Si trazamos una recta sobre un globo terráqueo, lo
que en realidad obtenemos es un arco de círculo máximo. Por ello, para
confirmar una alineación es necesario trabajar con coordenadas
selenográficas de cada cráter y comprobar si, en efecto, todos ellos se
encuentran cercanos a una misma curva máxima.
Algunos estudios independientes realizados con LROC
QuickMap indican que A, B, F y G están efectivamente próximos a una línea
común, aunque con leves desviaciones que podrían explicarse por azar
estadístico o por la curvatura del terreno. H, en cambio, se desvía más
claramente, por lo que su pertenencia a la supuesta catena es más discutible.
¿Azar o
estructura?
La posibilidad de que esta alineación sea producto
del azar es alta. El Mare Serenitatis está plagado de pequeños cráteres
secundarios, y es natural que algunos de ellos, por simple estadística, se
dispongan en patrones que evocan linealidad.
Sin embargo, no debe descartarse que:
- Podrían ser impactos secundarios de un evento mayor, cuyas
trayectorias resultaron en una alineación aproximada.
- La tectónica del Serenitatis pudo haber jugado un papel:
grietas radiales asociadas al gran impacto que formó la cuenca de
Serenitatis podrían haber guiado la disposición de los impactos.
- También existe la posibilidad de una alineación ilusoria
producida por nuestra percepción visual, acentuada por el contraste de
sombras y la cartografía bidimensional.
Linné como
centro de interés
Lo fascinante de esta posible catena es que se
encuentra alrededor de uno de los cráteres más carismáticos de la Luna. Linné
no solo es un cráter joven y brillante, sino también un símbolo de los debates
sobre la supuesta variabilidad lunar. Su entorno es, por tanto, un terreno
fértil para la imaginación y la curiosidad.
¿No sería poético que junto a un cráter famoso por
su “desaparición” hubiera también una alineación de cráteres aparentemente
oculta a la nomenclatura oficial?
Comparación
con otras catenae
Al contrastar la alineación de los satélites de
Linné con catenae bien documentadas, como Catena Davy, encontramos
diferencias notables:
- Las catenae auténticas suelen estar compuestas por decenas de
cráteres, no solo cinco.
- Sus diámetros tienden a disminuir progresivamente en una dirección.
- Su origen está bien asociado a impactos mayores.
La supuesta Linné Catena, en cambio, es
corta, formada por solo unos pocos cráteres y sin una gradación clara de
tamaños. Esto hace pensar que, más que una catena en sentido estricto, podría
ser una alineación parcial interesante, pero insuficiente para
clasificarla formalmente.
El valor
para la astronomía amateur
Más allá de su posible clasificación oficial, la
observación de esta alineación representa un desafío estimulante para los
astrónomos aficionados. Con telescopios de mediana apertura (15–20 cm), bajo
iluminación rasante, es posible distinguir los pequeños satélites y trazar
mentalmente la línea que los une.
Proyectos de observación colectiva podrían
dedicarse a:
- Fotografiar la región con diferentes fases
lunares para evaluar la percepción de la alineación.
- Medir posiciones relativas con
software de cartografía lunar y comparar con modelos esféricos.
- Discutir hipótesis en
comunidades de observadores, aportando datos a la ciencia ciudadana.
De esta manera, aunque no exista aún una “Catena
Linné” oficial, sí podría convertirse en una referencia dentro de la
astronomía amateur, un ejemplo de cómo la curiosidad nos lleva a reinterpretar
lo ya cartografiado.
Conclusiones
La supuesta “Linné Catena” es, hasta ahora,
una hipótesis atractiva y evocadora: un puñado de cráteres satélite que parecen
alinearse en el Mare Serenitatis, junto al célebre cráter Linné.
Si bien la evidencia geométrica no es concluyente y
no existen estudios formales que respalden su existencia como catena auténtica,
la observación de esta alineación invita a reflexionar sobre los procesos que
moldean la Luna y sobre cómo la percepción humana encuentra patrones en el caos
aparente.
El cráter Linné, con su halo brillante y su
historia de anécdotas, se convierte así en el centro de un nuevo relato: el de
una cadena de cráteres que podría o no existir, pero que sin duda enriquece la
experiencia de quienes apuntan sus telescopios hacia el Mare Serenitatis.
Palabras
finales
Quizá, dentro de algunos años, nuevas
investigaciones o análisis estadísticos permitan aclarar si la alineación de
Linné A, B, F, G y H merece ser reconocida como una catena. Mientras tanto,
podemos seguir observando, fotografiando y soñando con ella. La Luna, como
siempre, nos devuelve tanto misterio como el que nosotros queramos proyectarle.
En definitiva, la posible “Linné Catena” es
un ejemplo perfecto de cómo la astronomía amateur puede enriquecer la mirada
sobre lo ya conocido y abrir nuevas preguntas. Tal vez, en esa aparente línea
de cráteres pequeños, no se esconda un proceso geológico trascendental, pero sí
se revela el espíritu humano de buscar orden, sentido y belleza en el cielo.
Bibliografía
1.
Virtual Moon Atlas.
domingo, 14 de septiembre de 2025
NÚMERO 54 DE "EL MENSAJERO DE LA LUNA"
Amigos
de la Sociedad Lunar Argentina;
Compartimos nuevo
número de “El Mensajero de la Luna”, la revista de la Sociedad Lunar Argentina
y la Sección Lunar de la Liga Iberoamericana de Astronomía.
En el número 54 podrán
encontrar las tradicionales secciones de nuestra revista: las actividades más
recientes, la Galería Lunar con las últimas imágenes de nuestros
miembros; en Crónicas Lunares narramos la poco conocida historia del Fenómeno
Lunar Transitorio que los astronautas de la misión Apolo 11 observaron en
órbita lunar, en Selenología tenemos tres artículos: Alberto Anunziato hace una
propuesta de taxonomía de la topografía de los dorsa, Marcelo Mojica nos cuenta
las maravillas de la Luna Llena y la historia observacional del cráter Hiparcus;
en Traducciones traemos un texto de Anthony Cook sobre los efectos que tendría el
probable impacto del asteroide 2024 YR4 en la superficie lunar, y cerramos con
una poesía lunar de Edgar Alan Poe. Esperamos que disfruten nuestra revista.
Link para ver y/o
descargar:
https://drive.google.com/file/d/1V55uBgDHYinFupCfKNpT5RTBYwUM2uza/view?usp=sharing
sábado, 30 de agosto de 2025
UNA PEQUEÑA COMPARACIÓN DE LOS CRÁTERES OBLICUOS CON ESPINA CENTRAL
Traducción
del texto aparecido en la edición de agosto 2025 de “The Lunar Observer”
En
la edición de junio pasado de nuestra revista nos referimos a un cráter oblicuo
de tamaño reducido y apariencia extraña: Piazzi Smyth V y hacíamos una
comparación visual del rasgo más extraño del mismo, su elevación central
alargada, que ocupa buena parte del suelo del cráter. La comparación era con
dos cráteres oblicuos que también presentan esa elevación central alargado en
lugar del pico central de los cráteres normales, Schiller y Heraclitus, aunque
en ambos cráteres la “espina central” abarca una parte del suelo mucho más
pequeña que la que ocupa la “espina central” de Piazzi Smyth V. También
decíamos que Schiller y Heraclitus eran cráteres mucho más antiguos que Piazzi
Smyth V y que las modificaciones que sufrieron luego de su creación (impactos y
extrusión de lava en Schiller e impactos en el caso de Heraclitus) podrían
haber suprimido parte de la “espina central”. La comparación de las 3 “espinas
centrales” y su relieve es la IMAGE 1.
Me
pareció interesante hacer un análisis un poco más profundo, para ver si
encontraba algún tipo de patrón en la relación entre el tamaño y cuán alargado
es un cráter y el tamaño de su pico central alargado (o “espina central”),
recurriendo a la única lista de cráteres oblicuos, al menos que yo sepa, que se
encuentra en https://the-moon.us/wiki/Oblique_Impact_Craters
No
todos los cráteres oblicuos tienen “espina central”, por eso la muestra se
limita a los 3 ya analizados y a un cráter de la cara oculta Buys-Ballot,
ubicado al noroeste de Lacus Luxuriae. “El cráter Buys-Ballot (BB) se encuentra
en medio de las tierras altas de la cara oculta (22º N, 175º E), alejado de
depósitos de mare y cráteres con halos oscuros, indicativos de antiguos
basaltos enterrados. Presenta las características distintivas de un impacto de
ángulo muy bajo: planta alargada en forma de pera (90 km x 60 km),
ensanchamiento del cráter transversal a la trayectoria inferida y cresta
central. Según la forma del cráter, el ángulo de impacto fue probablemente de
unos 10º, lo que requeriría un impactador de unos 10 km de diámetro para
producir un cráter de este tamaño. El impacto se produjo en el borde de un
cráter mayor situado en el anillo interior de una gran cuenca degradada de dos
anillos, Freundlich/Sharanov. Como resultado tanto de la trayectoria como de la
topografía, la falla del impactador durante la penetración extendió el cráter
hacia abajo, de forma similar a los experimentos de laboratorio y a ciertos
cráteres en otros lugares” (Schultz, Peter, The Possible Generation of Friction
Melts at the Lunar Crater, Buys-Ballot, en https://www.researchgate.net/publication/253189153_The_Possible_Generation_of_Friction_Melts_at_the_Lunar_Crater_Buys-Ballot
).
|
EJE
MAYOR |
EJE
MENOR |
PROPORCIÓN EJE
MENOR/EJE MAYOR |
ESPINA
CENTRAL |
PORCENTAJE
DEL EJE MAYOR DE LA ESPINA |
SCHILLER |
176
KMS |
71
KMS |
2.47 |
41
KMS |
23,29
% |
HERACLITUS |
109
KMS |
75
KMS |
1.45 |
33
KMS |
35,97
% |
BUYS-BALLOT |
90
KMS |
60
KMS |
1.50 |
33
KMS |
29,70
% |
PIAZZI
SMYTH V |
7
KMS |
3.5
KMS |
2.0 |
5.6
KMS |
80,00
% |
Desalentadoramente,
Piazzi Smyth es diferente a los otros 3 cráteres con “espina central”: es mucho
más pequeño, mucho más alongado y su espina central ocupa el 80% del suelo. Hay
otra diferencia, mucho más importante que esta comparación numérica:
Piazzi-Smyth V es un cráter mucho más pequeño que los otros 3 y, por ende, su
topografía no puede compararse con cráteres mucho más grandes. Los cráteres de
impacto “normales” tienen grandes diferencias de acuerdo a su tamaño, los picos
centrales solamente están presentes en los cráteres de diámetro más extenso
(piensen en Proclus y Copernicus, por ejemplo). En el caso de los cráteres
oblicuos el mecanismo de formación del pico central (o “espina central”)
debería también depender del tamaño del impactador y, en consecuencia, del
diámetro del cráter. Que cráteres de tamaño y forma similares como Schiller,
Heraclitus y Buys-Ballot tengan picos centrales alargados y que estos se
encuentren en uno de los extremos es perfectamente entendible, lo que no es
comprensible es la forma de Piazzi-Smyth V: su espina central ocupar una
proporción significativamente más grande que los anteriores. Y más aún, la
presencia de esa “espina central” tan grande es una anomalía, ya que en los
cráteres más pequeños no es posible que el impacto inicial genere picos
centrales (menos de 20 kilómetros de diámetro).
Que
un cráter de 7 kilómetros de largo por 3.5 de ancho tenga pico central sería
imposible para un cráter normal y, entiendo, también para un cráter oblicuo,
pueden buscar en la lista antes citada los cráteres oblicuos más chicos que
Schiller (como Messier y Messier A), más raro aún es que siendo un cráter tan
pequeño no solamente tenga elevación central, sino que, además, dicha elevación
central sea significativamente más larga que la de los cráteres más grandes.
La
comparación no ha sido fructífera, por cuanto no se pudo obtener patrones en la
forma de los cráteres oblicuos, Piazzi-Smyth V continúa siendo una rareza.
IMAGES 1/2 LROC Quickmap.