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domingo, 26 de febrero de 2023

PLUTARCO COMO PRECURSOR DE GALILEO


 

Traducción del texto aparecido en la edición de febrero 2023 de “The Lunar Observer”

“Ver para creer, pero no vemos solo con nuestros ojos. Miramos el mundo con la ayuda de imágenes heredadas que podemos esforzarnos por mejorar pero que no trabajamos para reemplazar a menos que ocurra algo dramático”

William Shea

El arte de ver excede el sentido de la vista, es un arte que se aprende teóricamente, como cualquier arte. Lo dijo de manera insuperable John Herschel en sus “Scientific Papers”: “Ver es, en algunos aspectos, un arte que debe aprenderse. Hacer que una persona vea con tal aumento es casi lo mismo que si me pidieran que tocara una de las fugas de Haendel en el órgano. Muchas noches he estado practicando para ver, y sería extraño que uno no adquiriera cierta destreza con una práctica tan constante”. Cuando hoy observamos la Luna, la vemos ayudados por un bagaje de conocimientos adquiridos en tres siglos y medio de observaciones visuales y más de 60 años de misiones espaciales en órbita y superficie lunar. Cuando observamos visualmente difícilmente reconoceríamos lo que no conocemos previamente, lo que también puede derivar en un sesgo observacional (por eso es conveniente registrar todo lo que se observa, sin juzgar sobre su fiabilidad mientras estamos detrás del ocular, el momento de chequear es posterior a la observación). ¿Observar es un arte? Claro, pensemos que hoy podemos observar Sirius B, la estrella compañera de Sirius con telescopios mucho más pequeños que el refractor de 470 mm con el que fue por primera vez observada. En la Luna los ejemplos abundan, los dorsa, por ejemplo, fueron registrados por vez primera por Johann Schröter a fines del siglo XVIII, pero son visibles con telescopios bastante más pequeños que los que usaron sus antecesores, quienes veían los maría como completamente lisos (o al menos así los registraban). Entonces, cada observador observa “subido a hombros de gigantes”. ¿Y la primera observación lunar telescópica? Sabemos que la realizó el inglés Thomas Harriot, pero la segunda sí fue mucho más documentada, la realizó Galileo Galilei el 30 de noviembre de 1609, y quedó documentada (junto con las siguientes) en el que, me atrevo a decir, fue el libro más importante de la historia de la astronomía: “Sidereus Nuncius” (“Sidereal Message” or “Sidereal Messenger”). ¿Fue la de Galileo una observación pura, no sabía lo que podía ver en la Luna? No, el debate sobre la naturaleza de la Luna llevaba siglos cuando Galileo llevó su telescopio pionero a la superficie de nuestro satélite. De acuerdo con la concepción ptolemaica de un universo sin cambios fuera de la Tierra, la Luna se pensaba como un astro más, una esfera perfecta, de cristal o fuego, y las manchas oscuras (“la cara que se ve en la Luna”) se explicaban como defectos visuales de los observadores, reflejos de los mares terrestres y otras hipótesis similares. El paradigma minoritario concebía a la Luna como un astro diferente a los demás, similar a la Tierra. De las obras de los antiguos que conservamos, este paradigma minoritario se encuentra explicado en la obra del filósofo Plutarco de Queronea “Sobre la cara visible en la Luna” (incluida en “Moralia”). Es un diálogo en el que se debate sobre las distintas opiniones acerca de la naturaleza de la Luna para luego debatir sobre su naturaleza metafísica como sede de los daimones y morada transitoria de las almas antes de volver a encarnar en un ser humano. Lo más interesante, y asombroso, de la obra de Plutarco es el fundamento “observacional” de su hipótesis de la Luna como otra Tierra (del que deriva su habitabilidad), que “tiene hendiduras, o profundidades y huecos, lo que es un argumento para los que hacen de ella un cuerpo parecido a la tierra”: el análisis del terminador (recordemos, observado a simple vista): “la apariencia de los lugares oscuros de la Luna no es uniforme; hay istmos, por así llamarlos, donde el brillo parte y define la sombra, cada región está delimitada y tiene su propio límite, y así los lugares donde se encuentran la luz y la sombra asumen la apariencia de altura y profundidad” (página 18). “Pero la Luna tiene muchas irregularidades y partes rugosas, de modo que los rayos que proceden de un cuerpo grande, cuando caen sobre eminencias considerables, están expuestos a contrailuminación y dispersión recíproca; la luz cruzada se refleja, envuelve y acumula como si nos llegara desde varios espejos (…)” (página 30).  Las citas pertenecen a la traducción de A. O. Prickard de 1911: “The Face wich appears on the Orb of the Moon”.

No hay descripciones directas de las montañas, como tampoco de ningún accidente lunar completo. En primer lugar, porque “El problema era que el acto de ver a través de un telescopio no era tan sencillo. Las lentes colocadas en ambos extremos de un tubo no solo magnificaban la imagen, sino que también producían distorsiones: alargamientos, desenfoques, franjas de color. El campo de visión del telescopio de Galileo era muy estrecho y no podía ver más que una pequeña fracción de la Luna a la vez. Era prácticamente imposible enfocar el instrumento de un metro de largo sin fijarlo al alféizar de una ventana oa un soporte. Los eruditos mayores, que intentaron manejar el telescopio, se molestaron cuando el objeto siguió saltando” (William R. Shea: “Galileo the Copernican”, page 52). Además, el telescopio que usó para las observaciones lunares del Sidereus Nuncius, que alcanzaba apenas los 8 aumentos. La imagen que acompañamos es la que eligió Galileo para ilustrar la irregularidad del terminador y los puntos brillantes en su cercanía (en la parte del Sidereus Nuncius que citamos). El detalle en este y otros dibujos de Galileo es poco, pero eso se debe a que la finalidad de los dibujos de Galileo no era cartográfico sino “enfatizar las analogías con los paisajes terrestres y no las diferencias” (William Sheehan-Thomas Dobbins, Epic Moon, page 9).

No hay descripciones directas de las montañas, como tampoco de ningún accidente lunar completo. En primer lugar, porque “El problema era que el acto de ver a través de un telescopio no era tan sencillo. Las lentes colocadas en ambos extremos de un tubo no solo magnificaban la imagen, sino que también producían distorsiones: alargamientos, desenfoques, franjas de color. El campo de visión del telescopio de Galileo era muy estrecho y no podía ver más que una pequeña fracción de la Luna a la vez. Era prácticamente imposible enfocar el instrumento de un metro de largo sin fijarlo al alféizar de una ventana oa un soporte. Los eruditos mayores, que intentaron manejar el telescopio, se molestaron cuando el objeto siguió saltando” (William R. Shea: “Galileo the Copernican”, page 52). Además, el telescopio que usó para las observaciones lunares del Sidereus Nuncius, que alcanzaba apenas los 8 aumentos. La imagen que acompañamos es la que eligió Galileo para ilustrar la irregularidad del terminador y los puntos brillantes en su cercanía (en la parte del Sidereus Nuncius que citamos). El detalle en este y otros dibujos de Galileo es poco, pero eso se debe a que la finalidad de los dibujos de Galileo no era cartográfico sino “enfatizar las analogías con los paisajes terrestres y no las diferencias” (William Sheehan-Thomas Dobbins, Epic Moon, page 9).

Mi hipótesis es que Galileo hubiera tardado mucho más en reconocer que en la Luna hay elevaciones y depresiones como en la Tierra de no haber conocido el texto de Plutarco. ¿Las montañas de la Luna serían evidentes por sí mismas al observarse con un catalejo de 8 aumentos? Nunca lo sabremos, porque los que siguieron a Galileo en la observación telescópica de la Luna lo hicieron sobre la base de sus observaciones y de la interpretación realizada en base al texto de Plutarco. Galileo utilizó las observaciones para desmentir un paradigma (una Luna lisa y perfecta) y apoyar otro (La Luna como un cuerpo terrestre), pero ambos paradigmas eran prexistentes. La cultura renacentista en la que surgió la astronomía moderna daba una enorme importancia a las fuentes clásicas, y Galileo se apoyó en Plutarco como lo haría cualquier científico de la época. No olvidemos que Kepler era un devoto del libro de Plutarco y toda su observación y teoría lunar se apoyan en el reconocimiento de esa fuente. Galileo funda la ciencia moderna cuando le atribuye un valor esencial a la observación frente a la autoridad, pero se sirvió de la autoridad para validar la observación en un primer momento. Plutarco siguió siendo una fuente de validación teórica de las primeras observaciones, no solamente en Kepler sino en la primera enciclopedia lunar, la “Selenographia” de Hevelius, publicado en 1647, Plutarco es una autoridad citada. Comprensiblemente, después de Hevelius, Plutarco deja de ser citado, la autoridad de la ciencia griega ya no era necesaria mientras las observaciones se multiplicaban y confirmaban su texto.

viernes, 24 de febrero de 2023

DORSUM AZARA


 

Traducción del texto aparecido en la edición de “The Lunar Observer” de febrero 2023

Detrás del ocular, incluso cerca del terminador, Dorsum Azara (en el Mare Serenitatis) se veía como un wrinkle ridge en miniatura, se veía definido, pero en tonalidades de gris pálido y su sombra era delgada, no se distinguía detalles de su topografía. En su momento, pensé que era un wrinke ridge no muy alto, aunque me intrigaba el hecho de que tenía un nombre propio, lo que indicaría que es importante. Hay muchos wrinkle ridges que no tienen nombre pero cuyos componentes topográficos se distinguen claramente. Dorsum Azara tiene nombre, pero no parece especialmente importante. Bien, para averiguar más sobre Dorsum Azara recurrí a la maravillosa enciclopedia sobre wrinkle ridges que es el Capítulo 27 de Luna Cognita de Robert Garfinkle: “Probablemente el más interesante de los sistemas de wrinkle ridges en el lado cercano forma una gran "U" en la región sureste de Mare Serenitatis. Este extenso sistema consta de Dorsa Smirnov, Dorsa Lister, Dorsum Azara y Dorsum Nicol (...) Generalmente, corriendo de norte a sur se encuentra Dorsum Azara. Esta cresta baja y estrecha se eleva al sur del cráter de cono brillante Bessel D, gira hacia el sur en Sarabhai y termina en el cráter Deseilligny. La mayor parte de esta cresta tiene menos de 200 metros (656,16 pies) de altura. Esta cresta se ve mejor en ángulos muy bajos de iluminación solar”. Bien, es un wrinkle ridge bajo, de menos de 200 metros de altura (aunque no es poca altura si los futuros habitantes de la Luna tienen que escalarlos). Solamente registré una parte de Dorsum Azara, según Garfinkle, probablemente la parte más alta. Es interesante comparar la IMAGE 1 con la IMAGE 2, que es un detalle extraído de la Lunar Chart (LAC) 42 (disponible en https://www.lpi.usra.edu/resources/mapcatalog/LAC/ ), orientada de acuerdo a la IMAGE 1, en la que el cráter de la izquierda es Bessel D (5 kms de diámetro) y el de la derecha no tiene nombre, es bastante más pequeño. En IMAGE 1 aparece en el borde occidental de Dorsum Azara, mientras que en la IMAGE 2 aparece en el centro. Esto querría decir que lo que observamos y registramos serían las partes altas (denominada cresta) y lo que escapó a nuestra vista fue el arco (el componente que está por debajo de la cresta, más ancho y bajo). En la IMAGE se ve claramente la cresta del Dorsum Azara, que coincidiría con lo registrado en la IMAGE 1.



 

Name and location of observer: Alberto Anunziato (Paraná, Argentina).

Name of feature: DORSUM AZARA

Date and time (UT) of observation: 2022-12-30-00.20 to 00.45.

Size and type of telescope used: 105 mm. Maksutov-Cassegrain (Meade EX 105)

Magnification: 154X

lunes, 20 de febrero de 2023

UNA DE LAS ÁREAS MÁS BELLAS DE LA LUNA


 

Traducción del texto aparecido en “The Lunar Observer” de febrero 2023

No recuerdo haber observado con detenimiento Mons Delisle hasta la noche que intenta documentar la IMAGE 1. Los dos cráteres más prominentes son: Diophantus (17 kms de diámetro) al Sur y Delisle (25 kms de diámetro) al Norte. El “terreno escarpado” alrededor de ambos que menciona Kwok C. Pau (Photographic Lunar Atlas for Lunar Observers, Tomo 2, página 322) no se percibe con la iluminación oblicua cerca del terminador. Pero son notables tres accidentes muy distintos entre sí que se encuentran entre ambos cráteres de impacto. El primero, y más notorio es Mons Delisle, al que Elger se refiere como “Una montaña triangular”, y Pau da más detalles: “Su extremos sur es levemente redondeado y el extremo norte estrecho. Mons Delisle recibió el sobrenombre de “el bebé” de Gerard Kuiper”. A decir verdad, solamente distingo la forma de bebé en las imágenes de las páginas 323 y 324 del Atlas de Pau, en las que Mons Delisle aparece bajo distintas iluminaciones. Durante la observación se veía una zona más brillante y que incluso proyectaba sombra hacia el este, y una sombra interna que estimé que correspondería a la que proyecta la parte más alta del macizo, que corre de norte a sur. Dicha sombra interior, de norte a sur, parece bastante anómala, siendo tan estrecho Mons Delisle, y además no se la aprecia en las imágenes que pude encontrar. Para dilucidar la duda recurrí a esa herramienta tan extraordinariamente útil, el Lunar Reconnaissance Orbiter Quickmap, más precisamente su mapa de relieve (Terrain-slope), que corresponde a la captura de pantalla de la IMAGE 2. Como ven, el interior de Mons Delisle presenta una depresión interna en su centro, que se distingue en IMAGE 1 como una sombra interna. Menos conocido que Mons Delisle es “una cresta sinuosa que llega hasta la pared norte” (Thomas Elger, The Moon, página 80) de Delisle. Es bastante prominente, no tanto como para reconocer los elementos de su topografía (arco y cresta), pero sí para proyectar sombra. Y el tercer elemento es un cráter con rayos brillantes verdaderamente fascinante: Samir, de apenas 1.2 kms de diámetro. Incluso con iluminación oblicua, para nada favorable a mostrar los rayos brillantes, las eyecciones de este pequeño, pero reciente (y por eso brillante) son un gran espectáculo. El patrón de los rayos es característico de los cráteres muy pequeños. Me encantaría disfrutarlo cerca de luna llena, pero estoy seguro que siendo tan pequeño debe confundirse fácilmente con otros materiales brillantes. Una última consideración. Dibujé un punto negro en el centro de los rayos brillantes, pero la sombra de Samir no puede exceder su diámetro de 1.2 kms, lo que lo deja fuera del poder de resolución de mi pequeño 105 mm Maksutov-Cassegrain. Al momento de la observación no sabía el diámetro de Samir. ¿Puede ser que mi cerebro haya completado, a partir de lo que esperaba ver, los rayos brillantes con un cráter que debería estar ahí, que no estaba viendo? No me parece una perspectiva agradable, registrar cosas que no veo, sino que mi cerebro, como una pareidolia, simula que ve. Hay que registrar lo que uno ve, o cree ver, y luego chequearlo con lo que realmente deberíamos ver. Una interesante reflexión filosófica derivada de la observación visual.

 


Name and location of observer: Alberto Anunziato (Paraná, Argentina).

Name of feature: DELISLE

Date and time (UT) of observation: 2023-01-03-00.55 to 01.15.

Size and type of telescope used: 105 mm. Maksutov-Cassegrain (Meade EX 105)

Magnification: 154X

viernes, 13 de enero de 2023

NUEVO NÚMERO DE EL MENSAJERO DE LA LUNA

 

Compartimos un nuevo número de “El Mensajero de la Luna”, la revista de la Sociedad Lunar Argentina y la Sección Lunar de la Liga Iberoamericana de Astronomía. En el número 33 podrán encontrar la Galería Lunar, con las últimas imágenes de nuestros miembros;  en Crónicas Lunares recordamos los 50 años de la última misión Apolo, en Selenología contamos la fascinante historia de los supuestos canales en el cráter Aristillus en Galería Planetaria tenemos imágenes de Júpìter, Marte y Saturno de nuestros miembros; en Traducciones presentamos un texto sobre los tubos de lava y las posibilidades que ofrecen a la colonización lunar, y cerramos con una poesía lunar de Baldomero Fernández Moreno en Luna de Papel.

Como siempre, los alentamos a compartir sus observaciones a través del email albertoanunziato@yahoo.com.ar

Este es el link para descargar:

https://drive.google.com/file/d/1Yxgq2sj6HXFyAx1b0d3uTGlR-tAP6cV9/view?usp=sharing

 


jueves, 12 de enero de 2023

LOS DORSA DE SINUS IRIDUM OBSERVADOS CON UN TELESCOPIO PEQUEÑO


 

Alberto Anunziato

Traducción del texto aparecido en la edición de enero 2023 de “The Lunar Observer”

Sinus Iridum es uno de los más hermosos paisajes lunares. Es el lugar donde la metáfora de los mares lunares es más obvia (una metáfora en nuestros días, pero que muchos de los primeros observadores lunares tomaron como una realidad, por analogía entre el nuevo mundo que observaban telescópicamente y nuestro mundo). En realidad, no es una bahía, sino que es lo que queda de un enorme cráter de impacto que posteriormente fue inundado por lava basáltica, pero no completamente. La mejor descripción es la de Arthur C. Clarke en su novela “Earthlight”, en la que se narra una competencia deportiva que se cumple en nuestra zona: “Eones atrás, el Sinus Iridum había sido una montaña circular completa, una de las llanuras amuralladas más grandes de la Luna. Pero el cataclismo que había formado el Mar de las Lluvias había destruido todo el muro sur, de modo que ahora sólo queda una bahía semicircular. Al otro lado de la bahía, el Promontorio Laplace y el Promontorio Heráclides se miran, soñando con el día en que los unieran montañas de cuatro kilómetros de altura. De esas montañas perdidas, todo lo que ahora queda son algunas crestas y lomas bajas”.

De la topografía previa a la inundación casi nada puede verse, o ni siquiera imaginarse, salvo por algunos picos cerca de Promontorium Laplace. Son muy pocos los cráteres en la bahía del arco iris (y con telescopios pequeños solo es visible Laplace A). Y si esto no fuera suficiente para conservar la ilusión de una verdadera bahía, con la iluminación adecuada, cerca del terminador, se pueden observar olas congeladas, como si fuera un mar encantado:  Son los dorsa de Sinus Iridum, tan pequeños que no han merecido un nombre, y que corren de este a oeste, para hacer más impresionante la similitud con olas congeladas: “En el lado occidental de Mare Imbrium se encuentra la media luna de Sinus Iridum. Un grupo de dorsa paralelas atraviesan la boca de la bahía (...) Dan la apariencia de olas congeladas de lava, muy parecidas a las olas del océano que se dirigían hacia la bahía desde Imbrium” (Robert Garfinkle, Luna Cognita, Chapter 27).





Mi intención al momento de la observación no fue registrar Sinus Iridum (lo que excede mis habilidades para dibujar), sino registrar los dorsa contenidos en esta zona que aunque no es pequeña, si lo es para mi pequeño telescopio. Traté de registrarlos para luego chequear con el Map of Lunar Wrinkle Ridges del Lunar Reconnaissance Orbiter Quickmap (IMAGE 2) cuantos había observado. Los segmentos más chicos no pude observarlos, pero la mayoría sí los registré. Los dorsa observados con mi pequeño Maksutov-Cassegrain de 4 pulgadas parecen simplificados, si comparamos IMAGE 1 con IMAGE 2, por el indicado como número 1. Lo que puede verse como un solo dorsum en IMAGE 1, el Map of Lunar Wrinkle Ridges lo marca como una sucesión de segmentos, lo que se explica por la obvia menor resolución de IMAGE 1, pero también puede ser que si ampliáramos IMAGE 2 viéramos que visualmente los segmentos parecen unidos. En IMAGE 1 los segmentos que aparecen marcados con el número 2 en IMAGE 2 parecen más curvos de lo que son, que es un sesgo inevitable de la observación visual de dorsa. En esta zona tendríamos dorsa que no son muy altos ni muy extensos. Alguna vez he fantaseado con elaborar un catálogo de dorsa, a partir de la observación mi telescopio, que por ser tan pequeño se limitaría a unas pocas características generales, detectadas visualmente y luego corroboradas con imágenes fotográficas y/o de sondas en órbita lunar, partiendo del Map of Lunar Wrinkle Ridges ya mencionado. En el caso de los dorsa que registramos, pareciera que tuviéramos dos tipos: dorsa que aparecen como segmentos brillantes que proyectan sombras (un ejemplo es el dorsum marcado con el número 3 en IMAGE 2) y dorsa que aparecen solamente como segmentos brillantes (sin sombra, como el marcado con el número 4 en IMAGE 2). Si seguimos a Charles Wood (The Modern Moon): “Aunque no muy altas (100 a 300 metros), las crestas de los dorsa suelen ser lo suficientemente empinadas como para proyectar sombras, y sus laderas orientadas hacia el sol son más luminosas que las de arcos más suaves”, podríamos relacionar sombra con altura y luminosidad con una pendiente más pronunciada”. Comparemos entonces el relieve de un dorsum que proyecta sombra (el número 3, IMAGE 3) con el relieve de un dorsum que no proyecta sombra (el número 4, IMAGE 4), la IMAGE 3 presenta un relieve más escarpado y alto que el relieve de la IMAGE 4, un poco más suave, lo suficiente para aparecer menos brillante. Aquí podríamos tener dos etiquetas para un eventual futuro catálogo: “cresta escarpada” “arco suave”, o algo similar.

Por último, no sé a qué se debe la mancha más oscura que se ve en el sector oeste (izquierda), enmarcada en líneas brillantes, estimo que se corresponderá con diferencias en los tipos de lavas presentes en Sinus Iridum (más fáciles de observar cerca de luna llena), y que, hipotéticamente, podríamos ubicar en la IMAGE 5, en la que marcamos con una flecha una zona más oscura que se correspondería con lo que marcamos (y los bordes brillantes que marqué serían en cierta manera ilusorios, por contraste).

IMAGE 1:

Name and location of observer: Alberto Anunziato (Paraná, Argentina).

Name of feature: SINUS IRIDUM

Date and time (UT) of observation: 2022-12-04-03.05 to 03.25.

Size and type of telescope used: 105 mm. Maksutov-Cassegrain (Meade EX 105)

Magnification: 154X

IMAGE 2 TO 4:

Lunar Reconnaissance Orbiter Quickmap

IMAGE 5:

Name and location of observer: Alberto Anunziato (Oro Verde, Argentina).

Name of feature: Sinus Iridum.

Date and time (UT) of observation: 08-21-2016-05:43.

Filter: Astronomik ProPlanet 742 IR-pass.

Size and type of telescope used: 250 mm. Schmidt-Cassegrain (Meade LX 200).

Medium employed (for photos and electronic images): QHY5-II.


jueves, 5 de enero de 2023

NUEVA ALERTA LUNAR LIADA

 

ALERTA LUNAR LIADA Nº 14

Desde la Sección Lunar de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA) lanzamos una nueva Alerta Lunar LIADA, para sumarnos al llamamiento a observar Mare Nubium y Reiner Gamma impulsado por la revista “The Lunar Observer” de la Association of Lunar and Planetary Observers (ALPO), para la publicación de su sección Focus On de las ediciones de marzo y mayo 2023.

NO SE REQUIERE QUE LAS OBSERVACIONES SEAN ACTUALES, es la ocasión ideal para buscar todas las imágenes que tengamos de ambos accidentes lunares abarcado en su totalidad o en detalles.

EXPEDICIÓN A MARE NUBIUS

Mare Nubius es pequeño, no muy extenso, pero tiene una variedad increíble de accidentes: una belleza de cráter de impacto, no tan fresco pero increíblemente conservado como Bullialdus, cráteres de extraña forma como Wolff, gigantes como Pitatus, cráteres casi desaparecidos como Kies o Gould, el cráter concéntrico más notorio (Hesiodus A), domos, rimas, wrinkle ridges, los rayos brillantes del lejano Tycho y uno de los accidentes más hermosos, Rupes Recta. Compartiremos las imágenes lunares de nuestros observadores para soñar con una expedición por el mar de las nubes.

Tienes tiempo hasta el 20 de febrero de 2023 para enviar tus observaciones al email:

sociedadlunarargentina@gmail.com

MISTERIOSO REINER GAMMA

Reiner Gamma merece con honores el apelativo de anomalía. Hay otros remolinos lunares, pero Reiner Gamma es el único visible para nosotros, los aficionados. Comparte la cara visible con los remolinos de Mare Marginis y Mare Ingenii, que solamente podermos atisbar parcialmente en condiciones favorables de libración. Sobre la naturaleza de Reiner Gamma hay distintas teorías, que tienen un momento transitorio de reinado, pero no estamos completamente seguros de que causó nuestra anomalía. Nos preguntaremos sobre su naturaleza y trataremos de aportar imágenes que nos hagan conocer mejor la topografía del área.

Tienes tiempo hasta el 20 de abril de 2023 para enviar tus observaciones al email:

sociedadlunarargentina@gmail.com

 


martes, 3 de enero de 2023

EL DORSUM QUE ATRAVIESA SCHEELE ARC

 






Traducción del texto de Alberto Anunziato aparecido en la edición diciembre 2022 de “The Lunar Observer”

La zona que intenta mostrar la IMAGE 1 se encuentra en el extremo sur de Oceanus Procellarum, un poco más al norte de Gassendi. Es una zona de una increíble densidad de dorsa, corriendo de este a oeste y de norte a sur, también hay una gran cantidad de picos y cordilleras aisladas, los restos de la antiguo topografía de la región antes de la inundación de lava y un indicio de que la densidad de ésta es menor. Es una zona hermosa en el terminador, da una cierta sensación de un paisaje dominado por ruinas antiguas, un paisaje melancólico. Lo que llamó mi atención fue un dorsum que parecía penetrar dentro de un antiguo cráter, o las ruinas de un antiguo cráter. Los que tienen el bellísimo Atlas of the Moon de Antonin Rükl y Gary Seronik, pueden conocer el área mirando la Carta 41. La zona se conoce extraoficialmente como Scheele Arc y estaría formada o bien por los restos de un antiguo cráter o bien por formaciones rocosas aisladas que forman la imagen de un cráter. Los lados oeste y este son formaciones rocosas que tienen el aspecto de la pared de un cráter. Lo que sería la pared sur, en realidad forma parte de Dorsa Ewing, los segmentos que observamos en IMAGE 1 se veían levemente brillantes, sin detalles. La pared norte presenta dos segmentos, el segmento este no existe, pero visualmente se percibía como un segmento más oscuro que el suelo de la zona (¿ilusión óptica para completar mentalmente la forma de cráter? ¿relieve sumergido?); el segmento oeste es una formación rocosa que parecía ser interceptada por el dorsum o, más probablemente, estar integrada en el mismo. El segmento de dorsum de IMAGE 1 es parte de un dorsum más largo, que se prolonga al norte. Las dos zonas brillantes que se observan, y que en su momento registré como posibles crestas (aunque la poca altura, deducible por la sombra, hacía difícil que fuera posible distinguir la cresta o parte superior) lo que en realidad son elevaciones rocosas que interrumpen el dorsum, como vemos en IMAGE 2, obtenida con el Map of Lunar Wrinkle Ridges del Lunar Reconnaissance Orbiter Quickmap. Aquí seguramente percibí como una continuidad lo que en realidad son segmentos separados, interrumpidos por partes de las paredes del cráter ya desaparecido.

IMAGE 1:

Name and location of observer: Alberto Anunziato (Paraná, Argentina).

Name of feature: SCHELEE ARC

Date and time (UT) of observation: 2022-12-04-00.30 to 01.15.

Size and type of telescope used: 105 mm. Maksutov-Cassegrain (Meade EX 105)

Magnification: 154X

IMAGE 2:

Lunar Reconnaissance Orbiter Quickmap